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miércoles, 13 de abril de 2016

- NOBLEZA OBLIGA -

Aun no salgo del asombro y lo voy a publicar. Nobleza obliga.

Los que me conocen saben muy bien que no me muerdo la lengua ni tapo el teclado para llenarlo de sapos, culebras, venablos y rayos envenenados contra quien haga falta. Pero que también hago justicia con las cosas buenas que ocurren en este mundo; mucho más si me ocurren a mí. Y este es el caso.

Decía que no salía del asombro porque en mis actuales circunstancias eran muy de esperar llamadas de familiares y amigos interesándose por mi salud; como así ha sido y las agradezco de corazón.

Pero me ha ocurrido algo inesperado que es lo que motiva esta entrada: Ayer, martes 12 de Abril, recibo una llamada de una señora amabilísima del hospital en el que me operaron el lunes 11. Se interesaba por mi estado y la evolución del mismo, recordándome, además, las recomendaciones que me dieron por escrito y que ya había leído esta misma mañana. Se comprende que el mismo lunes por la tarde no estaba yo para ponerme a leer panfletos.

La señora en cuestión estaba informada al detalle de todo lo ocurrido durante mi estancia, incluida la pequeña complicación que sufrí a causa de la anestesia. Incluso respetó mi decisión de hacer algunos cambios en el postoperatorio para acortar plazos y hasta me alentó a llevarlos a cabo. Una tremenda y muy agradable sorpresa.

Retomando el primer párrafo de este mensaje, lo mismo que debo lanzar dardos envenenados contra quienes se los ganan a pulso, debo reconocer el mérito, el cariño y la profesionalidad donde quiera que lo encuentre. Y este es el caso en el que debo dar las gracias a todo el personal del Hospital Duques del Infantado (Pabellón Vasco para los sevillanos) por el trato recibido desde que entré el lunes 11 a las ocho de la mañana hasta ahora mismo que hace ya bastantes horas que salí de allí en silla de ruedas a las seis y pico de la tarde. Ahora que ya puedo caminar, aunque sea con bastón, debo decir en público y a boca llena que en ningún hotel del mundo -y he pisado varios cientos y de todas las categorías- me han tratado como me están, aun, tratando allí.

Repito: Nobleza obliga. No sólo merece insultos la Seguridad Social Andaluza y es justo reconocerlo y divulgarlo públicamente.