Para mis amigos, enemigos y mediopensionistas, con un abrazo:
En busca de mi Dios y mi destino
-la carne superada
y estando más cercano a lo divino-
mi alma liberada
se irá al lugar feliz que me imagino:
Ese lugar de paz ya disfrutada
de modo repentino
un día en que la Luz me fue mostrada.
Es busca de esa Luz tan deseada,
sin miedo a equivocarme,
saldré dejando atrás esta morada
que quiere desviarme
de la senda feliz que está trazada;
llevando esa Verdad no refutada
de Quien vino a salvarme
y voy tras Él de forma confiada.
Mi cuerpo está cansado del camino;
mi alma está ligera
en medio de este fiero torbellino
que siempre desespera
de hallar esa respuesta que adivino.
Y pocos buscan dentro; siempre fuera,
sin ver lo cristalino
del manantial de Luz que les espera.
1 comentario:
Sentido y profundo soneto.
Tiene esencia de Teresa de Jesús y ecos de Machado.
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