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sábado, 23 de agosto de 2014

- PALESTINA. LA ESTRATEGIA DEL MONO CINOCÉFALO -

Curioso género éste de los monos cinócéfalos. Literalmente: cabezas de perro. Este género, encuadrado en la familia de los cercopitecos, engloba a varias especies como driles, mandriles y babuinos.

A veces, los antropólogos se fijan en peculiaridades del comoportamiento de los simios para tratar de explicar el humano. Y valga este pequeño preámbulo para decir que quienes tenemos ya algunos años nos acordamos de los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente, quien logró enseñarnos muchas cosas sobre los animales llamados irracionales. Este es el objeto del presente artículo a la vista del comportamiento que, desde la primera infifada, vengo observando en los mal llamados palestinos. Pero sigamos con los cinocéfalos y lo que nos enseñó tan ilustre Naturalista de llorado recuerdo.

Estos animalitos se organizan socialmente en grupos en los que ponen al frente a una "matrona" que es quien marca las rutas de alimentación, acompañada de uno o varios machos dominantes. Estos machos son de tamaño, fuerza y peso considerablemente superiores a los del resto de machos de la manada y su misión es la de proteger al grupo ante depredadores peligrosos como leopardos, ya que si comparamos los colmillos de un leopardo adulto con los de un macho cinocéfalo dominante, nada tienen que envidiarse unos a otros. En el aspecto social y reproductivo, sólo decir que los cinocéfalos son muy promiscuos y que las hembras suelen estar receptivas para casi cualquier macho que lo solicite, pero ¡Ay! cuando están en período fértil sólo permiten ser montadas por los machos dominantes y no por los monitos de rango inferior. Real como la vida misma.

Pero no era ese curioso aspecto de comportamiento el que nos ocupa, sino el de la relación jerárquica y sus reacciones de envidia. En efecto: ningún macho inferior tiene nada que hacer en una pelea contra el dominante; entonces recurren a una estrategia abyectamente cobarde. Han observado que el Hércules de la manada es un padrazo bonachón que se deja hacer todas las tropelías imaginables que quieran las crías; casi todos, hijos suyos. Entonces, los machos de rango inferior aprovechan esa debilidad haciéndose amigos y cuidadores de los pequeños; por lo que si quieren martirizar, pegar, patear o abofetear al jefe de la tribu, cogen a la cría en brazos y se dirigen al fortachón para hacerle objeto de sus maldades gratuitas. Cuando el superior se dispone a desventrarlos de un zarpazo o a partirles el cuello de una dentellada, le ponen por delante a la criatura y el mono grandullón se queda con la ofensa sin poder dar la respuesta adecuada.

Estoy seguro que os suena de algo ese comportamiento a la vista de los lanzamientos de misiles palestinos desde escuelas, hospitales, mezquitas, etc.; así como el uso de ambulancias de la ONU para el transporte de sus cohetes. Copian el comportamiento de los monos descritos con estos actos de abyecta cobardía; y luego tienen la poca vergüenza de llorar por lss víctimas que ellos mismos han propiciado mientras ponen la mano para percibir las pensiones de otros gobiernos que, tan desvergonzados como ellos, les pagan a tanto el muerto.

Para terminar, ruego a los monos cinocéfalos, criaturas de Dios al fin y al cabo, que me perdonen por esta odiosa comparación; aunque los monos salen ganando en la escala evolutiva.

Creo que no voy a ganarme muchos amigos con este artículo, más bien me ganaré una "fatwa" peligrosa; pero la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.


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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Por desgracia, es la triste verdad.
Abrazos.

Anónimo dijo...

Leónidas. Buenísimo José, y una verdad como un templo

Anónimo dijo...

Me encanta,aunque no te ponga comentarios los leo,sigue escribiendo e ilustrándonos.Sobre este tema,es verdad,triste,pero verdad