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miércoles, 28 de octubre de 2015

- EL CACHONDEO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD... O LA VOZ DE SU AMO -



Los que ya peinamos canas, conservamos una parte no despreciable de nuestra memoria y podemos aun escribir, somos la pesadilla de los estafadores internacionales de muy altos vuelos que se amparan en organizaciones que antaño ellos mismos prestigiaron para luego usarlas de felpudo para limpiarse las mismas botas que se ponen a costa de los ingenuos que se creen las directrices que se inventan para forrarse a nuestra costa. Pero no quiero ponérselo fácil y por eso voy a aportar mi granito de arena en este desierto en el que clamo con el éxito mundial esperable de este pobre blog sin publicidad.

Entro en materia: Ahora, esta banda de estafadores generosamente subvencionados, me sale con lo del cáncer y la carne roja procesada. Pero, bueno ¿Qué es esto? ¿Pues qué se creen estos sinvergüenzas? Miren, gentuza inmunda y estafadora. Tengo sesenta y ocho años y me he movido lo mío. Si fuera verdad una mínima parte de lo que ustedes vomitan por esos teclados sobornados y pagados con mi dinero en contra de mi voluntad, yo no vería cumplir cincuenta años a los serranos de mi entorno inmediato; pero el caso es que los veo cumplir los cien. Y se alimentan con esas mismas cosas que ustedes acusan de ser nocivas.

Retomo el asunto de la edad y la memoria. Siendo yo aun muy joven, ustedes salieron graznando del azúcar tradicionalmente usada y para que no se llamen a engaño la voy a llamar por su nombre científico de sacarosa. Pues bien: La pobre y popular sacarosa, protagonista  de tantas y tantas glorias gastronómicas, fue estigmatizada de mil maneras; una de ellas la de ser cancerígena (y uso bien esa palabreja que los malos periodistas se empeñan en putear confundiéndola con la palabra cancerosa al hablar de las víctimas de cáncer) Se nos inducía a sustituirla por la horripilante sacarina o por otras cosas de peor sabor aun. Un horror en el que mucha gente picó. Pero al cabo del tiempo, ustedes mismos levantaron la veda de la sacarosa y cambiaron las amenazas por el consumo de sacarina ¿Qué había pasado? Pues que un somero análisis de la actualidad y algunas noticias, me pusieron la realidad delante.

Resulta que, cuando declararon muy nociva el azúcar -la sacarosa- Cuba era el mayor productor mundial de tal producto a partir de su caña de azúcar y USA no veía con buenos ojos que la economía de la isla pudiera ser sostenible sin la ayuda de la Unión Soviética. Pero resultó que los productores de maíz de Estados Unidos animaron la investigación sobre el aprovechamiento del forraje de dicho cultivo, en el que eran líderes, con el brillante resultado de obtener azúcar -sacarosa- de alta calidad y a menor precio que la de la caña cubana. A partir de ahí, la sacarosa era estupenda y la sacarina cancerígena perdida. Luego, en ensayos serios, resultó que había que consumir seiscientos kilos diarios de sacarina para contraer un cáncer; pero este último extremo se quedó sólo para los artículos especializados. En resumen: Que ni sacarosa -azúcar común- ni sacarina -porquería intragable pero necesaria- producían cáncer ni cosas así de agradables a las farmacéuticas y terribles para las personas decentes. Y así, ad infinitum, porque me voy a permitir seguir citando un caso más de estafa a lo grande y a escala mundial.

La gripe A.

Creo que ya he hablado algo de esta fenomenal estafa. El sinvergüenza de Al Gore, el mismo que nos estafó después con la antropogénesis del cambio climático, una vez acabado su mandato como Vicepresidente de los Estados Unidos y queriendo aprovechar su tirón de falso prestigio, reunió un consorcio de otros individuos de la misma especie y se gastaron miles de millones de dólares en comprar TODA la producción mundial de anís estrellado. Con él fabricaron una guarrada seudo farmacéutica a la que llamaron Tamiflou y dedicaron parte de ese dinero a convencernos que era la única vacuna posible contra la terrorífica epidemia de gripe A que, según la muy bien sobornada Organización Mundial de la Salud, sólo en España iba a matar ochenta míl personas. Como todos sabemos, muchos incautos se dejaron inyectar semejante porquería que, en el mejor de los casos, era inofensiva; y en otros provocó algunas reacciones indeseables como si fuera una vacuna de verdad y así fue justificado. La gripe A llegó; pasó haciendo estornudar un par de veces a sus pocas víctimas y se fue sin pena ni gloria dejando atrás un par de ancianos moribundos que, con gripe o sin ella, hubieran fallecido de igual manera.

Sin duda alguna, las mentiras descaradas de la OMS no son las únicas con las que los bandidos que gobiernan el orden mundial tratan de aterrorizarnos. Los antiguos facinerosos lo hacían con el miedo a la ira de los dioses; luego con el miedo al infierno y, si eso no bastara, Iglesia y reyes se aliaban para aterrar con tormentos, cárceles y castigos la mar de imaginativos; los dictadores de principios del siglo pasado con sus campos de exterminio que, aun hoy, siguen usando con gran éxito. Y los modernos, en la sombra, nos asustan con las ondas electromagnéticas, el cambio climático antropogénico (¡Como si no supiéramos de sobra que el cambio climático es una acción natural! ¡Vamos, anda!) Y la gente se lo traga todo ¡Qué pena!

Razón le sobraba a san Pablo cuando escribió aquello de: Stultorum numerum infinitus est. O el refrán moderno que dice: Cada día que amanece, el número de tontos crece.

Así nos va.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es que es la Organización Mular Jose, que la gente se creyó lo de 'mundial' y para nada. De ahí que se ate donde manda el amo.

EnEaS dijo...

Es difícil pero, poco a poco, a estos falsarios se les está empezando a descubrir su juego sucio y asqueroso.

Al Gore, otro fantasma, muchimillonario, sí, pero de la misma familia de estafadores profesionales, con una fábrica de procesamiento de metales que produce más contaminación que las tres principales capitales europeas juntas.