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sábado, 10 de enero de 2009

LA PARTIDA DE ABRAHAM


Según nos cuenta el Génesis en su capítulo 12, Dios manda a Abram -cuyo nombre significa "Padre Excelso" y le será cambiado más tarde por el de Abraham o "Padre de Multitudes"- hijo de Teraj, salir de Ur, su ciudad y de su tierra; el Patriarca obedece y se marcha con su esposa Sarai -"Princesa". También le será cambiado por el de Sara: "Azahar o Sonrisa"- su sobrino Lot, sus sirvientes, su ganado y sus posesiones en busca de un nuevo lugar para vivir. Pero vamos a comentar esta parte del relato bíblico porque pretendo incluirlo, bien en una nueva edición del libro que ya he presentado o en una obra posterior, ya que la interpretación que propongo es absolutamente original y nada descabellada o, al menos, eso creo.


A la vista del comportamiento futuro de Abram, según se desprende del resto del relato, nuestro Patriarca era un hombre bastante rico en ganado y propiedades y del número de gente que le seguía nos da una idea el Génesis en 14:14 cuando nos dice que estaba al mando de trescientos dieciocho hombres de armas. Respecto a su fortuna, en 13:2 "Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro". Entonces ¿qué le hace abandonar la comodidad de la vida ciudadana y cambiarla por el nomadeo? La respuesta habitual es la obediencia a la orden divina y no hay por qué pensar que fuera de otro modo pero, conociendo al género humano, estoy seguro que tendría que haber otra motivación adicional que desencadenara esa orden para que Abram la obedeciera sin rechistar.


Pero sigamos leyendo porque, a veces, cuando la respuesta la tenemos ante las narices nos resulta difícil verla. Es sabido que, en todos los pueblos de la Antigüedad, el tema del incesto era un tabú absoluto excepto para las personas de sangre real quienes, por su alcurnia y su pregonado parentesco divino, no podían o no debían tener descendencia con personas de rango inferior; si la tuvieren, estos descendientes no serían dignos de ocupar el trono con la debida dignidad. Este comportamiento incestuoso en la Antigüedad y enormemente endogámico hasta hace pocos años en las familias reales, ha traído las consecuencias que todos conocemos y que este no es lugar para comentarlo. El caso es que, si alguien cometía incesto por aquellas tierras y en aquellos tiempos, lo mejor que podía hacer era poner tierra por medio antes que los vecinos se dieran cuenta e hicieran justicia al estilo de la época (lapidación, enterramiento en vida, hoguera...)


Ahora se preguntarán ustedes ¿A qué viene todo este preámbulo? Pues muy fácil; vamos teniendo una pista en el capítulo 12 ya citado, en sus versículos a partir del 11, cuando Abram y Sarai están a punto de entrar en Egipto al que fueron huyendo de una sequía, leemos: "11 Estando ya próximo a entrar en Egipto, dijo a su mujer Sarai: «Mira, yo sé que eres mujer hermosa. 12 En cuanto te vean los egipcios, dirán: `Es su mujer', y me matarán a mí, y a ti te dejarán viva.13 Di, por favor, que eres mi hermana, a fin de que me vaya bien por causa tuya, y viva yo gracias a tí.» 14 Efectivamente, cuando Abram entró en Egipto, vieron los egipcios que la mujer era muy hermosa. 15 La vieron los oficiales del Faraón, que se la ponderaron, y la mujer fue llevada al palacio del Faraón. 16 Éste trató bien por causa de ella a Abram, que tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos. 17 Pero Yahvé hirió al Faraón y a su casa con grandes plagas por lo de Sarai, la mujer de Abram. 18 Entonces el Faraón llamó a Abram y le dijo: «¿Qué has hecho commigo? ¿Por qué no me avisaste de que era tu mujer? 19 ¿Por qué dijiste: `Es mi hermana', de manera que yo la tomé por mujer? Ahora, pues, aquí tienes a tu mujer: tómala y vete.» 20 Y el Faraón ordenó a unos cuantos hombres que le despidieran con su mujer y todo lo suyo."



Ya tenemos a un Abram de cornudo voluntario, pero forrado de dinero, meditando sobre sus acciones. Esta faena la repetirá otra vez en 20:2 y ss. con Abimelec, otro jerifalte de los alrededores pero, por no recrearnos en la cornamenta del Patriarca, vamos ya al meollo de la cuestión y lo encontramos en el mismo capítulo 20 cuando el ya llamado Abraham dice a Abimelec: "12 Pero es que, además, es cierto que es hermana mía, hija de mi padre, aunque no de mi madre, y vino a ser mi mujer. 13 Y desde que Dios me hizo vagar lejos de mi familia, le dije a ella: Vas a hacerme este favor: allá donde lleguemos dirás que soy tu hermano"



Bueno. Pues parece que ya tenemos clara la causa del destierro de nuestro padre Abraham.

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