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domingo, 20 de abril de 2014

Pascua de Resurrección



(Fragmento de mi obra "Retablo de Resurrección"
Imagen: Charo Fernández Salmerón)

En la primera Espístola de san Pedro, capítulo tercero, versículos 18 y 19, se nos dice que:

“Pues también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu. En el espíritu fue también a predicar a los espíritus encarcelados”

y añade en el capítulo cuarto que:

“Por eso hasta a los muertos se ha anunciado la Buena Nueva”

Un Muerto entre los muertos ha llegado
al reino de los muertos, anunciando
que la muerte no es muerte y demostrando
que un Humano a la muerte ha derrotado.

Un Muerto que es humano y que ha afrontado
la muerte como humano, señalando
lo que es inevitable, llega dando
la vida al ser humano desahuciado.

Un Muerto que da vida: un impensable
acertijo de Amor que Dios nos manda
y que muestra con ello su Clemencia.

Un Muerto, de la Vida responsable,
la senda de la muerte la desanda
mostrando la divina Omnipotencia.

El triunfo del enemigo en derrota se ha tornado: Ha muerto el Hijo del Hombre por insidias del Malvado. Mas esa muerte se ha vuelto en victoria que ha logrado un Hombre-Dios que su carne ha dado por los pecados de una humanidad caída; del Hombre ya desahuciado.

En el Reino de la Muerte, el Hombre-Dios se ha encontrado. Viene también como un Muerto, pero un muerto señalado para sacar a los muertos de la muerte del pasado. El Enemigo se aterra con su poder fracasado: Caído en su propia trampa, la muerte lo ha derrotado. La muerte del Hombre-Dios, que siendo Dios es Humano. Vencido su poderío, adora al Recién Llegado. Hace poco pretendía por su Dios ser adorado, cuando en figura de Hombre el Hombre-Dios fue tentado para que, sin sufrimientos, fuera por siempre alabado como Rey de un pobre Mundo; pero no un Mundo salvado, sino esclavo de poderes que de Dios eran extraños.

Hace tiempo el Enemigo, cuando el hombre fue creado, cegado por la soberbia, contra Dios se ha rebelado negándose a respetar lo que Dios hubo creado, que a los ángeles iguala y del polvo ha levantado. Un Príncipe, como era, tiene que ser respetado y será Dios el primero en respetar lo pactado. El mundo quedó en sus manos y se sintió abandonado aquel hombre desvalido que su Dios había expulsado de una tierra de delicias, condenándolo al trabajo y a sufrir las intemperies y a comenzar desde abajo. El Enemigo, contento: sangre y sudor sin descanso atenazaban al hombre, aquel hombre tan odiado por ser obra de aquel Dios donde se ve reflejado. Pero Dios, al expulsarlo, promete a aquel desgraciado que algún día la serpiente que lo había traicionado se quedará sin poder por obra de un Ser Humano.

Para Dios nada es el Tiempo, ya que es obra de sus manos. Infinitas recaídas dan razón al Adversario quien, como dueño del mundo, siembra traiciones y engaños a sabiendas que algún día su poder habrá acabado. Mientras tanto, se gloría en humillar al humano: Muerte, destrucción y miedo, sangre, lágrimas: esclavos. Así cobra su tributo quien a Dios ha traicionado vengándose en la figura que el propio Dios ha formado para ser su semejanza y él lo tiene esclavizado. Cree ser dios y demuestra que su poder es malvado aplastando a la semblanza de su Dios que ve lejano.

Mas recibe la visita de un pobre Crucificado que demuestra ser quien Es sin dejar de ser Humano. Siente el poder de su Dios y se arrodilla a adorarlo ¿Qué más le puede ofrecer? ¡No ha podido sobornarlo! ¿Qué puede ofrecer ahora al Dios que lo ha derrotado? Tiemblan las puertas cerradas ante aquel Recién Llegado quien pasea por su reino como Señor que ha ganado una guerra muy antigua, sin dejar de ser Humano. ¿Qué puede ofrecerle a un Hombre que no viene encadenado? Vencido por su Poder, el Enemigo humillado tiene que reconocer que aquel Hombre tan odiado es muy superior a él: Y como Dios se ha mostrado. Y como Dios ha venido sin dejar de ser Humano para ser reconocido y para ser adorado.

Os deseo a todos una feliz Pascua de Resurrección.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, cariño. Igualmente.
¡Venció!
Ya lo sabíamos. Pero de nuevo Su Victoria es la nuestra, porque fue "sin dejar de ser humano".
Él te guarde, corazón.

Anónimo dijo...

Y a tí, queridísima. Te lo mereces.

Revera dijo...

Que Dios te bendiga amigo, por todo lo que compartes con nosotros. Es una maravilla desde que has activado tu blog. Aquí nos plasmas tu arte y pensamientos. Antes en el Facebook se perdían tus comentarios… Aquí reina el silencio de la meditación y el pensamiento; y el espíritu se eleva ¡Feliz Pascua de Resurrección! Y para celebrarlo… ¿Qué mejor que leer tu blog?
Tu Retablo de Resurrección es una obra preciosa; sigue así. La oración del Viernes Santo también me entusiasmó.Un abrazo.

José Antonio Utrera dijo...

Gracias, amiga. Me has dejado sin palabras.

Besos,