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jueves, 24 de julio de 2014

- EL CID EN LA HISTORIA - (I)

Por un Rodrigo se perdió España
y por otro Rodrigo se salvará

(El Cid, ante las murallas de Valencia, en 1094)


- INTRODUCCIÓN -

Pocos personajes de la Historia de España han tenido la popularidad y la repercusión social a través de los tiempos como Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Además de los historiadores y los juglares, de su figura se han ocupado muchos artistas, tanto españoles como extranjeros, desde Quevedo hasta Manuel Machado, pasando por el músico francés Jules Massenet, quien en 1884 le compuso una ópera; sin olvidarnos de la película de Anthony Mann que produjo Samuel Bronston en 1961 y protagonizaron Charlton Heston y Sofía Loren y que fue un gran éxito mundial de taquilla aunque históricamente dejara mucho que desear.

A diferencia de otros grandes héroes del mundo cuyas hazañas han sido cantadas en poemas épicos y en cantares de gesta en los que, quieras o no, se han magnificado sus figuras, la enorme repercusión histórica de las hazañas del Cid hace que su cantar sea sólo un reflejo bastante pálido de sus verdaderas obras. Mezcladas en su figura la leyenda y la realidad, ha sido preciso esperar hasta principios del siglo pasado para que figuras de la talla de don Ramón Menéndez Pidal nos hayan hecho el inestimable servicio de rescatar la verdadera historia de Rodrigo acudiendo no sólo a fuentes castellanas sino también a las musulmanas, de quienes podía suponerse que habían sido sus enemigos.

La creencia general es la de hacer del Campeador sólo un genial guerrero y eso es un error de bulto. Rodrigo no sólo se dedicó a la guerra, aunque esa fuera su profesión principal, sino que también era experto en derecho, tanto castellano como musulmán; como diplomático triunfó en muchas ocasiones de su vida y como gobernante dio ejemplo de prudencia y sabiduría en su señorío de Valencia, donde supo tratar con un cuidado exquisito a cristianos y musulmanes llegando al extremo, impensable para la época, de mandar elevar la altura de las murallas de la fortaleza que daban al interior de la ciudad para que los centinelas cristianos no ofendieran con su vista a las mujeres musulmanas que pudieran estar en las azoteas de sus casas.

Pero, dejémonos de preámbulos y vayamos al tema que nos ocupa, donde también veremos - ¡cómo no! - que Sevilla tuvo también mucho que ver con la evolución de su trayectoria en la que el destierro casi perpetuo a consecuencia de las calumnias sería la condición determinante de su nada larga vida. Aquí nos olvidaremos de las leyendas y de los cantares de gesta y sólo hablaremos de Historia aunque, si Dios es servido y ustedes lo soportan, quizás algún día presentemos aquí mismo algún juego literario relacionado con la figura legendaria de Rodrigo.


- EL ENTORNO HISTÓRICO -

De poco sirve estudiar una figura histórica si no damos un repaso previo a las circunstancias que rodeaban el ambiente en el que se desenvolvió. Hacia el año 1010 un ejército de almorávides(1) salvajes del norte de África, llamados por los burgueses y gente poderosa de Córdoba y Sevilla que veían escapársele el poder de las manos, había invadido la Península humillando al hasta entonces orgulloso Califato de Córdoba, donde arrasaron Al-Madinat Al-Zahara. En aquel tiempo reinaba una sombra de califa llamado Hixem II quien, sólo se dedicaba a los placeres sensuales y dejaba las labores de gobierno en manos de funcionarios corruptos. Tres años después desaparecía de la historia, probablemente asesinado, el último Califa Hixem II y la anarquía subsiguiente a las invasiones hace que el califato se descomponga en muchos pequeños reinos o taifas, la mayoría de los cuales no tenían poder suficiente para hacer frente a la cada vez mayor presión de los reinos cristianos del norte. Tampoco estos reinos tenían aun poder ni población suficientes para dar el golpe final a la dominación musulmana en España, pero la situación de debilidad de estos reinecillos les permitió someter a vasallaje a su mayoría, imponiéndoles tributos a cambio de facilitarles protección contra las amenazas que les llegaban desde el norte de África por parte de sus correligionarios, así como contra las guerras que surgían entre ellos mismos.

En Sevilla, una vez caído el Califato, vivía un hombre poderoso, feroz y muy inteligente(2) llamado Muhammad ben Qasim quien, en el año 1035 encontró a un individuo, hijo de un cestero, que tenía un asombroso parecido con Hixem II. El tal Qasim era un genio: vistió con ricos ropajes al doble del Califa y lo sentaba en el trono en las ceremonias públicas en las que sólo aparecía para refrendar todo lo que su protector decía. En 1042, tras el fallecimiento de Qasim, sube al trono su hijo, el no menos feroz Al-Mutadid, famoso por su crueldad, quien mantuvo el engaño algún tiempo más hasta que, una vez seguro de su poder tras haber conquistado, traicionado, envenenado y seducido a mansalva, se coronó rey sin mayores ceremonias. Fue un político terrible y un caudillo militar formidable, que convirtió la taifa de Sevilla en la más importante de Al Andalus hasta su muerte, acaecida en 1071, año en que fue sucedido por su hijo Al-Mutamid, nuestro rey poeta. Como ya sabemos, este Rey no tenía el temple de sus antepasados y muy pronto tuvo que claudicar ante el empuje de Castilla, quien lo sometió al pago de un tributo anual de diez mil dinares de oro (3).

Habría mucho más que contar sobre el entorno musulmán, con el que tan relacionado estuvo nuestro Cid, pero ya iremos descubriéndolo a lo largo de esta serie. Ahora debemos echar una ojeada a la parte noroccidental de la Península, donde el 4 de Septiembre de 1037 se libra la batalla de Tamarón en Támara(4), situada a pocos kilómetros al sur de Frómista (Palencia) y al oeste del Pisuerga, entre la recién independizada Castilla y el Reino de León en la que muere el rey de León Vermudo III, quien es sucedido por su cuñado, el conde castellano Fernando I. A la muerte de Vermudo se realiza un reajuste de territorios por el que el rey de Navarra y hermano de Fernando, García Sánchez de Nájera, recibe La Rioja, mientras que el resto del territorio, incluido el condado de Castilla, quedaba en poder de Fernando con capital en Burgos.

Durante el reinado de Fernando I y durante uno de los escasos períodos de paz de la época, en la aldea de Vivar y en la casa de un noble de segunda fila llamado Diego Laínez que estaba casado con Teresa Rodríguez, el año 1043 nace un niño a quien bautizan como Rodrigo. Su nacimiento pasa tan desapercibido que no sabemos cuál fue la fecha exacta del acontecimiento. Desde luego, nadie podía sospechar que aquel niño iba a cambiar para siempre -y para bien- la Historia de España.


Nuevamente, para variar, surgen disputas territoriales entre los hermanos Fernando y García; las cosas suben de tono y el 1 de Septiembre de 1054 se libra la batalla de Atapuerca, en Burgos, entre los ejércitos castellano-leoneses y navarros, con el resultado de la muerte del rey de Navarra García Sánchez de Nájera. Fernando I, vencedor, recupera La Rioja y manda a Diego Laínez, padre de Rodrigo, a tomar las fortalezas de Ubierna, Urbel y La Piedra, cosa que cumple con prontitud y las reintegra a dominio castellano. Poco habría de disfrutar de su triunfo como guerrero el capitán Diego Laínez, porque falleció al año siguiente dejando huérfano a Rodrigo con sólo once años; sin embargo, el Rey Fernando es generoso con la viuda de su capitán y, tras asegurarle unas buenas rentas, acoge a su hijo Rodrigo en la corte para ser educado como noble, al lado del propio hijo del Rey, el futuro Sancho II. No desperdicia Rodrigo su educación cortesana: al contrario que la mayoría de los nobles de la época que despreciaban las letras por considerarlas cosas de sacerdotes o de juglares, se aplica en el estudio del derecho castellano y, más tarde, probablemente en el monasterio de San Pedro de Cardeña, llega a dominar el latín y la lengua árabe. A los veinte años ya había trabado una sólida amistad con el infante Sancho, por lo que es elegido como capitán para acompañarle en sus campañas de Zaragoza, Coimbra y Zamora, entonces en manos de reyes taifas musulmanes. Al año siguiente, el 8 de Marzo de 1064 se libra la batalla de Graus, en la comarca de Ribagorza de la actual provincia de Huesca, en la que los castellano-leoneses al mando de Sancho, vencen al ejército del rey Ramiro I de Aragón. En esta acción, Rodrigo ya ha tomado parte muy destacada y se acrecienta la amistad entre él y el Infante.

El 27 de Diciembre de 1065 muere su protector el rey Fernando I quien, al uso de la época, divide el Reino entre sus cinco hijos: Urraca recibe la ciudad de Zamora; Sancho, las antiguas tierras del condado de Castilla; Alfonso, el reino de León, Asturias y el condado de Carrión; Elvira, la ciudad de Toro y, finalmente, García recibe Galicia y Portugal. Al año siguiente, en 1066, Rodrigo es armado caballero por su amigo el ya rey Sancho II.

Mientras vivió la madre de los cinco Infantes, la reina viuda doña Sancha, hubo paz entre los hermanos pero, a su fallecimiento, ocurrido el 7 de Noviembre de 1067, comienza de nuevo la degollina con la guerra entre los tres Sanchos: Sancho II de Castilla contra la coalición formada entre Sancho IV de Navarra y su primo Sancho Ramiro de Aragón. En esta ocasión, Rodrigo es elegido como paladín real y tiene que luchar en duelo a muerte con el alférez del reino de Navarra. A partir de ahora será llamado Campeador, lo que viene a significar más o menos, experto en la lucha a campo abierto (Campi doctor).

La cosa no se soluciona aquí porque Sancho II no está conforme con el reparto del Reino de su padre por lo que, el 16 de Julio de 1068, se enfrentan Sancho de Castilla y su hermano Alfonso de León en la batalla de Lantada, hoy Lantadilla(5) muy cerca de Frómista en Palencia, resultando este último vencido; en esta batalla, Rodrigo es ya portador del estandarte real. Huido Alfonso, nuevamente se vuelven a enfrentar los dos hermanos el 13 de enero de 1072 en la batalla de Golpejera(6), en la que Alfonso es capturado por la mesnada de Rodrigo y sería después desterrado para refugiarse en la corte del rey de Toledo, Alí Mamún, donde viviría como un príncipe hasta su vuelta a Castilla. A estas alturas, Sancho II tiene ya recuperado casi todo el territorio sobre el que reinó su padre Fernando, con la excepción de la ciudad de Zamora, a la que tiene sitiada. El domingo, 7 de Octubre del mismo año, un individuo, enviado por Urraca, llamado Bellido Dolfos se presenta ante el Rey y se ofrece a enseñarle un portillo secreto para acceder a la ciudad y Sancho pica el anzuelo: solamente acompañado del sicario, ambos recorren la muralla hasta que, en un momento determinado, el Rey se excusa aludiendo una necesidad fisiológica urgente. Al agacharse, Bellido Dolfos lo hiere con su venablo y Sancho II muere revolcándose en sus propios excrementos. Ante la tragedia, el propio Rodrigo sale en persecución de Bellido, no logrando alcanzarle.

Se ha quedado Rodrigo sin su amigo y protector. El desterrado Alfonso, huésped en la corte del rey taifa de Toledo Alí Mamún, al haber fallecido su hermano sin descendencia, con el permiso y las bendiciones del Rey toledano(7) vuelve a Burgos a reclamar para sí mismo el trono de Castilla y, conforme a las leyes de la época, pasa a reinar sin oposición alguna con el nombre de Alfonso VI, con lo que vuelven a quedar unidos los reinos de Fernando I con la excepción de Zamora. En la corte nadie se cree que el nuevo Rey sea totalmente inocente de la conspiración que mató a su hermano Sancho y Rodrigo menos que nadie. Alfonso era conocido por sus amores incestuosos con su hermana Urraca y muy bien pudo haber tramado la muerte de su hermano, aunque no había pruebas de ello.

Al principio, Alfonso trata de congraciarse con los nobles que rodeaban a Sancho y los recibe amablemente. Concretamente, el 8 de Diciembre de ese año de 1072, recibe en privado a Rodrigo y celebra un banquete en su honor para congraciarse con él. Confiado Rodrigo, de momento, disfruta de un breve período de paz que aprovecha para pensar en casarse: va a cumplir treinta años y Jimena, la hermana de un conde llamado igual que él, Rodrigo Díaz, es muy guapa y parece un buen partido. En esta ocasión debemos hacer un alto en el camino para aclarar que la Jimena Gómez del Cantar del Cid, sólo pertenece a la leyenda. Según don Ramón Menéndez Pidal, Rodrigo sólo se casó una vez y en circunstancias felices, no trágicas como dice la leyenda(8) y algunos historiadores del siglo XIX y anteriores. La boda se celebró el 19 de Julio de 1074 quizás en San Juan de Baños en Palencia, una de las iglesias visigodas que demuestra por su construcción que el arco de herradura no fue inventado ni importado por los musulmanes(9).



Iglesia de San Juan de Baños, en Baños del Cerrato (Palencia)
Posible escenario de la boda de Jimena y Rodrigo.

Obsérvese el arco de herradura en una iglesia del siglo VII.


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(1) Los almorávides, o morabitos, eran una especie de monjes soldados, seguidores de una estricta observancia coránica, desposeídos de todo tipo de cultura y sensibilidad ajena a las enseñanzas más estrictas del Islam sunnita. Algo así como los talibán de hoy día. Tan salvajes fanáticos eran que se limitaban a invadir España para recuperar la ortodoxia musulmana y, una vez creían haber logrado su objetivo, volvían al norte de África de donde procedían. No debemos confundirlos con los almohades, quienes vinieron posteriormente a los almorávides y eran igual de salvajes que ellos; pero estos últimos sí se quedaron y fueron civilizados aquí. Como ejemplo de que los almohades se civilizaron, baste la Giralda, construida apenas dos generaciones después de su llegada. 

(2) Así lo definió perfectamente Federico Jiménez Losantos.

(3) El dinar andalusí tenía un peso de unos cuatro gramos; por tanto, el tributo venía a ser de unos cuarenta kilos de oro.

(4) En la actualidad apenas llega a los ciento veinte habitantes. Es difícil encontrar un mapa donde esté reflejada.

(5) Hoy día cuenta con un censo de apenas seiscientos habitantes. 

(6) Golpejera es una pequeña aldea o pedanía de El Carrascal de Barregas, en la provincia de Salamanca. 

(7) Antes de dejarlo salir le hizo jurar que no atacaría Toledo mientras vivieran Alí Mamún y su hijo. Alfonso cumplió su juramento y tomó Toledo al fallecimiento de ambos.

(8) En el Cantar se describe que Rodrigo, siendo casi un niño, mata en duelo al conde asturiano Gome de Gomar, padre de Jimena Gómez, por un asunto de robo de ganado a su padre Diego Laínez. Perplejo ante el crimen, el rey Fernando no sabe qué hacer con el mozo, pero Jimena le suplica la case con él y el Rey acepta encantado para reconciliar a las familias. 

(9) La iglesia de San Juan de Baños fue terminada el año 661: aun faltaban sesenta años para la invasión musulmana y hay ejemplos más antiguos de que el arco de herradura no fue un invento musulmán, sino que ellos fueron sus divulgadores. Algo parecido ocurre con el arco de medio punto, del que se cree casi todo el mundo que es romano, cuando lo único que hicieron los romanos fue copiarlo de las ruinas de Babilonia y divulgarlo. 



jueves, 17 de julio de 2014

-PIRÁMIDES FUERA DE EGIPTO- (NO EGYPTIANS PYRAMIDS) (y V)


- CHINA. LA TUMBA DEL EMPERADOR AMARILLO -

Cruzando el Pacífico nos hemos dado de golpe con más pirámides en el sureste asiático: Camboya, Laos, Tailandia, Corea y Vietnam, por mencionar sólo a los más poblados y conocidos países del área, están llenos de pirámides escalonadas, con o sin nichos como las que ya hemos visto pero, si tuviéramos que detenernos a echarles sólo una ojeada, haríamos interminable esta charla y creo que sería más interesante avanzar un poco más hacia el interior del continente, donde nos esperan sorpresas bastante más interesantes. Pero hagamos un poco de historia.


Mapa de China. En azul la zona de sus pirámides


Corría el año 1945 y finalizaba ya la Segunda Guerra Mundial; los Estados Unidos, aliados entonces con la China de Chiang Kai Chek, se encargaban de enviarles por vía aérea víveres y suministros bélicos a los chinos y, para evitar malos encuentros con los cazas japoneses, procuraban volar a la mayor altura posible. Uno de los pilotos americanos encargado de esta misión, James Gaussman, tuvo una seria avería en uno de los motores de su aparato y se vio obligado a continuar su viaje de regreso a una altura muy inferior a la prevista en su plan de vuelo; este incidente no sería recordado por la historia si no fuera porque Gaussman volvió a su base  informando  haber visto y fotografiado una enorme pirámide en la zona de Moa Ling,
cerca de la ciudad de Xianyang. El piloto acompañó sus fotografías con un informe detallado de su descubrimiento que quedó archivado y olvidado hasta que, cuarenta años después, el escritor australiano Brian Crowley publicó una de las fotografías de Gaussman en uno de sus libros que se titulaba “The Face on Mars” y fue publicado en 1986 por South Melbourne. Por desgracia, el escritor en cuestión es bastante sensacionalista y la obra citada alude a las supuestas caras fotografiadas sobre la superficie de Marte por las primeras sondas Viking y de las que ya la NASA publicó las fotos tomadas en 1998 en las que se demostraba claramente que las tales caras sólo eran formaciones rocosas que adoptaban esa forma en virtud de los deficientes instrumentos ópticos y de los sistemas de transmisión de señales de radio de los años setenta; por ese motivo, la obra de Crowley fue tomada como una más de los esoteristas nada serios que tanto abundan y la foto cayó, de nuevo, muy pronto en el olvido.

(Arriba, Fotografía del informe de Gaussman publicada por Crowley)

Pero no era el de Gaussman el único informe sobre pirámides en China: a principios del siglo XX, en plena descomposición del Imperio Chino, los viajeros alemanes Frederick Schroeder y Oscar Maman dieron testimonio de la presencia de no una, sino numerosas pirámides alrededor de la ciudad de Xianyang, cifrando su número en alrededor de cien. Poco después, en 1913, otro viajero alemán llamado Segalen  incluso llegó a afirmar que había descubierto la tumba del emperador Shi Huang-ti, el mítico Emperador Amarillo(1). En su diario anotó que la pirámide alcanzaba los 48 metros de altura y cada uno de sus lados tenía 350 metros. Del mismo modo constató la presencia de otras muchas pirámides más, algunas de enorme tamaño. El secretismo de las autoridades y la inestabilidad política de la región, hizo que los arqueólogos occidentales no volvieran a poner sus pies en aquella zona y el informe fue olvidado hasta el vuelo de Gaussman.


Monte Lishan. Probable tumba del emperador Shi Huang-ti, descubierta en 1913

Las pirámides, chinas, aztecas, mayas, incas, egipcias, canarias o del sureste asiático, dan tema para mucho más tiempo del que nos podemos permitir en una simple charla como esta. Con ella he pretendido despertar su interés sobre estas construcciones tan singulares y mostrarles que existen un poco por todas partes y que raro es el año que no salte la noticia del descubrimiento de una o varias más, por lo que se cuentan por miles en todo el mundo. Aunque les animo a interesarse por ellas les prevengo también contra tanto aprovechado que, dándoselas de listo, quiere hacer aparecer estas construcciones como una herencia extraterrestre y olvidando que aquí, en este planeta, hemos demostrado que nos sobra imaginación para hacer el tipo de arte que nos propongamos sin necesidad de recurrir a nadie de fuera. Adrede, dejo en el aire la pregunta que sólo el futuro quizás pueda responder a nuestros descendientes algún día lejano ¿Cuál fue la primera civilización que empezó a construir pirámides?

Gracias por vuestra paciencia.


Planicie de Xianyang con sus pirámides

(1)Descubrimientos arqueológicos posteriores demuestran que su hipótesis era cierta.





domingo, 13 de julio de 2014

-PIRÁMIDES FUERA DE EGIPTO- (NO EGYPTIANS PYRAMIDS) (IV)


AMÉRICA (y II)

Ante estos descubrimientos ya estamos en condiciones de afirmar que, a semejanza de muchas de las pirámides egipcias, también las americanas cumplían una función funeraria aunque sus estructuras no fuesen tan perfectas como las de las grandes pirámides clásicas debido principalmente a que, salvo las cámaras, galerías y revestimientos, el resto de estas pirámides estaba construido de tierra apisonada, lo que explica que sólo queden vestigios de las más antiguas y que las únicas que pueden observarse relativamente bien conservadas hoy día son las construidas por las culturas más recientes, como las de los mayas y los aztecas.

Pero lo que sí distingue a las pirámides de un lado y de otro del Atlántico es la función de templo que tienen las americanas. En lugar de un ápice como tienen las egipcias en su parte superior, las de América se rematan con una terraza o meseta donde se ubican uno o más templos, accediéndose a ellos por una escalera construida a propósito en una de las caras laterales o en todas ellas; es precisamente en esos templos donde de celebraban los espantosos sacrificios humanos de los que tenemos noticia por los conquistadores españoles y que les dieron a éstos los mejores pretextos para acabar con civilizaciones que, en su mentalidad de hombres del Renacimiento, consideraron bárbaras y degeneradas.

Como ya hemos dicho antes, las pirámides mejor conservadas son las más modernas, como era de esperar. Por eso debemos fijarnos de manera especial en la ciudad maya de Tikal, en Guatemala, creada hacia el siglo V a. C. y que, mil años después, llegaría a tener hasta medio millón de habitantes, quedándose deshabitada por abandono, de golpe, el año 899. Para hacernos una idea general de lo que era una pirámide tardía, nada mejor que traer un plano de un alzado de una de las de Tikal, en la que vemos que está formada por una base de tres cuerpos flanqueada por la escalera que conduce al templo situado en la parte superior. La llamada pirámide del Templo IV tiene una base rectangular de unos cuarenta por cincuenta metros y su altura total es de setenta metros, alcanzando una pendiente en sus caras mayores del orden de setenta grados.


Alzado de la pirámide del Templo IV de Tikal.

La ciudad maya de Tikal cuenta con, al menos, dos pirámides en condiciones aceptables de conservación, aunque al menos tuvo cuatro, según nos dicen los estudios más serios y su esplendor no tenía nada que envidiarle al de las grandes construcciones clásicas del Viejo Mundo.


 Tikal. Pirámide del Templo IV



Tikal. Pirámide del Templo I


Como ya dije antes, echar un vistazo a todas las pirámides descubiertas en América sería una tarea imposible, pero vamos a ir más al norte para encontrarnos con algunos de los más importantes de estos monumentos. Méjico está lleno de pirámides, algunas de ellas erigidas en honor de ese dios blanco civilizador del que hablamos antes. Al norte de la península de Yucatán se encuentran las espléndidas ruinas de Chichén  Itzá  donde  se  puede admirar la pirámide conocida como El Castillo por el nombre que le dieron los primeros españoles que la vieron, aunque en realidad se trata de la pirámide de Kukulcán, como así llamaban al dios blanco los mayas de la región. Esta bellísima pirámide, construida hacia los siglos X-XI después de Cristo, tiene la curiosa peculiaridad de que el número de sus escalones es de trescientos sesenta y cuatro, lo que sumado al zócalo de su base, nos da la cifra de los trescientos sesenta y cinco días del año, lo que sugiere algún mensaje de tipo esotérico a los que eran tan aficionados los sacerdotes. Sin salirnos de esta península, llena de pirámides de todas clases, debemos también citar a la de Uxmal, ciudad que tuvo sus problemas con la civilización maya y que fue una de las causas más importantes de la desunión política de esta civilización, lo que a medio plazo fue su ruina.



Chichén Itzá. Pirámide de Kukulkán o El Castillo

Y, acercándonos tan sólo a veinticuatro kilómetros de Ciudad de Méjico, la capital, tenemos las imponentes ruinas de Teotihuacán, donde hay otra pirámide que también lleva el nombre del dios blanco, aunque esta vez en azteca: Quetzalcoatl que significa serpiente con plumas o pájaro serpiente. Este personaje, del que sí se tiene una certeza histórica de su biografía, aunque no de su origen, daría de por sí tema para más de una conferencia y, por lo complejo de su figura, se sale de esta mera exposición de pirámides fuera de Egipto. La pirámide erigida en su honor es pequeña y no está bien conservada, aunque posee unos relieves muy interesantes en su zócalo y, muy cerca de ella, se encuentran las dos joyas principales de Teotihuacán: las pirámides del Sol y de la Luna.

La ciudad de Teotihuacán florece entre los años 250 antes de Cristo, cuando la civilización original olmeca estaba ya en ruinas, de la mano de los zapotecas, herederos directos de los anteriores y, por los avatares del destino, es destruida y vuelta a reconstruir por los toltecas, hasta que una pequeña tribu de chichimecas muy belicosos, oriundos de Azlán, la destruyen definitivamente a principios del siglo VIII después de Cristo. La elegante pirámide de la Luna, primera en construirse, data del año 50 después de Cristo y tiene una base rectangular de ciento cincuenta por ciento veinte metros, siendo su altura de unos cuarenta y cinco metros. La del Sol, construida hacia el año 200 después de Cristo, es mucho mayor puesto que mide doscientos veintidós por doscientos veinticinco metros de base y tiene una altura de sesenta y tres metros; aunque es también escalonada, los diferentes niveles que la componen tienen sus caras inclinadas y no verticales como la mayoría de las pirámides americanas.


Teotihuacán. Pirámide del Sol.



Teotihuacán. Pirámide de la Luna con la del Sol al fondo.

Tenemos que hacer constar que los nombres de las pirámides del Sol y de la Luna, son posteriores a la conquista de América; en realidad no sabemos cuáles fueron sus verdaderos nombres ni a qué dios o dioses fueron dedicadas. Sin embargo, la más pequeña de las pirámides de Teotihuacán, como ya hemos dicho, sí tiene un nombre conocido: el del dios blanco civilizador Quetzalcoatl, personaje histórico de la época olmeca quien, durante su reinado prohibió los sacrificios humanos aunque, cuando desaparece de la Historia a su marcha o a su muerte, todos los pueblos americanos volvieron a tan atroces costumbres. Bastante razón tenían los hombres del Renacimiento al considerarlos degenerados.

 Pirámide de Quetzalcoatl.



Pirámide de Quetzalcoatl. Detalle del relieve del zócalo.

Aunque en Tenochtitlán, lo que hoy es Ciudad de Méjico, también se construyeron pirámides muy importantes, lo que nos ha llegado hasta nuestros días sólo son ruinas. Pero no resisto a leerles un fragmento transcrito de la espeluznante crónica de la inauguración de un templo, datado en una época tan tardía como 1486, tan sólo treinta y cinco años antes de la llegada de Cortés:

Veinte mil prisioneros aguardaban el momento de subir las 116 gradas del magnífico templo en forma de pirámide erigido en honor del dios nacional azteca Huitzilopochtli, "el sol triunfante del mediodía", en la ciudad de Tenochtilán. Su destino era ser sacrificados en honor de este gran dios solar de la guerra. En la cima del templo, la víctima era acostada en la superficie plana de una piedra. Cuatro sacerdotes sujetaban sus brazos y piernas, mientras que un quinto le abría el pecho con un cuchillo de pedernal, arrancándole el corazón para ofrecerlo al dios.”

Y, para no salir de Méjico pensando sólo en sangre de sacrificios, una curiosa anécdota final ocurrida a unos ciento veinte kilómetros de Tenochtitlán, al lado de Puebla existen una majestuosas ruinas que se conocen con el nombre de Cholula y que, por ser muy antiguas, los conquistadores españoles se encontraron allí con sólo un montículo de tierra sobre el que edificaron el santuario de Nuestra Señora de los Remedios, advocación de gran fervor popular hoy día en la zona. Pues bien, por azares del destino y algún que otro desprendimiento de tierras, a principios del siglo XX se descubrió que el tal montículo era una pirámide; y no una pirámide cualquiera, sino un conjunto de ellas construidas unas encima de otras que formaban la mayor pirámide del mundo descubierta hasta entonces. Con una base cuadrada de cuatrocientos metros de lado y una altura de sesenta y cinco metros,  es  toda  una curiosidad porque está llena de templos que se abandonaban y rellenaban de tierra y adobe para construir otros encima de los más antiguos, en un período de tiempo que abarca desde el 200 al 800 de nuestra Era y que, finalmente, como ya hemos dicho, fue rematada por un barroco templo cristiano.



Puebla. Pirámide de Cholula y Santuario de los Remedios.



Puebla. Cartel publicitario con la Pirámide de Cholula y el Santuario de los Remedios.
Al fondo, las fumarolas del volcán Popocatepetl.

Pero América no sólo mira al océano Atlántico, sino que al oeste está bañada por el Pacífico y si, de alguna manera influyó o se dejó influir por las civilizaciones atlánticas ¿por qué no pensar también en algún intercambio cultural a través del Pacífico? El propio Heyerdahl, ya citado cuando hablamos de las pirámides canarias, demostró que fue posible hacerlo con las embarcaciones de la época cuando realizó el viaje de la Kon-Tiki y sabemos que existía algún tipo de comercio de jade y de otras cosas entre ambas riberas del océano que se cortó bruscamente hacia el siglo III. No son demasiados indicios, ni mucho menos pruebas irrefutables pero, de nuevo, las pirámides o las construcciones piramidales acuden en nuestra ayuda para arrojar algo de luz.

Fijémonos, por ejemplo, en la pirámide de los nichos de Tajín, en Méjico y, sin prejuicios, comparémosla con la de igual nombre que existe en Angkor Thom, Camboya, en el sureste asiático y redescubierta en 1912. Sabiendo, como sabemos, que sus fechas de construcción son muy parecidas -hacia el siglo II después de Cristo- no podemos evitar asignarles un parentesco muy cercano.




Dos vistas de la Pirámide de nichos en Tajín, Méjico.




Dos vistas de la Pirámide de nichos en Angkor Thom, Camboya.


Para terminar con las relaciones de América a través del Pacífico me vuelvo a referir a Asia; esta vez viendo la pirámide, también camboyana, de Baskey-Changkrom, cerca de Angkor ¿Quién le niega el parecido con la del Templo IV de Tikal?



Pirámide de Baskey-Changkrom, Camboya.



Tikal, Méjico. Pirámide del Templo IV.

Estas similitudes a ambos lados del Pacífico nos servirán como introducción para la quinta y última entrega de esta serie.

sábado, 12 de julio de 2014

-PIRÁMIDES FUERA DE EGIPTO- (NO EGYPTIANS PYRAMIDS) (III)


AMÉRICA (I)

He dicho adrede América sin prefijo: no Centro ni Meso ni Sudamérica. Y lo he dicho adrede porque no me gusta pillarme los dedos afirmando cosas que el futuro pueda desmentirme y, si bien es cierto que al norte de Río Grande hay muy pocas probabilidades de encontrar huellas de una civilización antigua digna de tal nombre, nunca podemos descartar esa posibilidad aunque los conocimientos que poseamos hoy día nos lleven a pensar que, en el territorio que actualmente ocupan los Estados Unidos y Canadá, no llegó a desarrollarse más civilización urbana que la de los asentamientos fijos de los indios Pueblo, el avance de las investigaciones puede darnos alguna sorpresa algún día, como ya nos la han dado con el descubrimiento de pirámides en zonas de Argentina y Brasil que hasta hace muy poco tiempo se consideraban que sólo habían sido habitadas por salvajes que servían de esclavos de las civilizaciones superiores de más al oeste.


¿Una pirámide enterrada en Estados Unidos?

En un principio se achacó a los españoles la pérdida de gran parte del patrimonio arquitectónico de las civilizaciones americanas, pero este argumento sólo sirve para charlas trasnochadas de café tras una abundante ingesta alcohólica: Si bien es cierto que algunas de estas piedras venerables fueron usadas por los dominadores en sus nuevas construcciones, la depredación a gran escala vino con el uso de la dinamita que no fue descubierta y utilizada industrialmente hasta muchos años después de la independencia de aquellos países. La destrucción de muchas de las pirámides americanas y de otros monumentos de igual o mayor importancia para el estudioso fue obra de los propios habitantes de los países donde se cometieron esas tropelías, sin que España tuviera que ver nada más que el origen de los apellidos de estos indeseables individuos.

Sin embargo, a pesar del celo destructor de aquella gente, la riqueza patrimonial arquitectónica americana es tan inmensa que aun quedan en pie los restos más o menos conservados de cientos, quizás miles, de pirámides. Son tantas que es imposible echar un vistazo rápido a todas ellas y por lo que nos veremos obligados a sistematizar su estudio y a hablar de la generalidad, aunque nos detendremos en algún caso particularmente interesante.

Pero, para comprender mejor la fiebre constructora de pirámides que duró cientos de años en América, es necesario detenernos un momento para echar un vistazo rápido a la cronología de las muchas y diversas civilizaciones que las construyeron, aunque sea de una forma muy somera. Leyendas románticas aparte que dan a estos monumentos una antigüedad de muchos miles de años, los estudios actuales de datación han dado los frutos lógicos y, sorpresas aparte, los científicos serios ya se han puesto de acuerdo con las fechas en las que florecieron las grandes civilizaciones americanas, aunque aun haya mucho que hacer en lo tocante a las hipotéticas relaciones entre éstas y las del Viejo Mundo.

Cuando se estudian las grandes civilizaciones americanas, llama la atención un tema recurrente: todas dicen haber sido fundadas por un dios barbudo y de piel blanca que vino del este; algunas de ellas van más allá y hasta nos cuentan que llegó por mar en una nave con velas, que ellos describen como alas. A este dios blanco y barbudo se le dan diversos nombres, según las zonas, atribuyéndole a él haber sacado del salvajismo y la barbarie a los habitantes de aquellos imperios y cuando se profundiza más en el estudio, comienzan a aparecer coincidencias muy sospechosas, sobre todo al analizar los signos alfabéticos de la escritura maya, casi la única que sabemos poseedora de un verdadero alfabeto, que era muy similar por no decir prácticamente idéntico al lineal A cretense, aunque sus textos no hayan podido aun ser descifrados.



Comparación de los alfabetos maya y lineal A cretense.
(Tomado de la Leyenda de los dioses blancos. P. Honoré. Ed Destino, 1972)

A la vista del cuadro anterior, no tenemos más remedio que rendirnos a la evidencia de las asombrosas similitudes existentes entre los caracteres mayas y cretenses, que de ninguna manera pueden ser debidos al azar sino a una importación fortuita o motivada por otras circunstancias históricas. La escritura cretense mostrada aquí es la llamada Lineal A que, derivada de una primitiva escritura jeroglífica también cretense, tuvo su apogeo hacia el año 1650 a. C.; un poco antes de la aparición de la cultura de los olmecas en Mesoamérica que se data hacia el 1500 a. C., durando hasta más o menos el siglo segundo de nuestra Era. Si tenemos en cuenta que la cultura maya, igual que la mayoría de las culturas de la región, deriva directamente de la olmeca, no nos debe extrañar encontrarnos con un alfabeto lineal A cretense algo modificado y más barroco en su decoración, en una fecha tan tardía como la del año 320 después de Cristo.

Este inciso a costa de las escrituras de las civilizaciones precolombinas, viene a propósito en este estudio, porque si establecemos un lazo de unión entre las culturas mediterráneas antiguas y las civilizaciones americanas, no puede extrañarnos que las pirámides fueran también unas edificaciones normales en América. Esos legendarios dioses blancos civilizadores que llevan la escritura a aquellas tierras, bien pudieron haber llevado también sus gustos en la construcción de templos y monumentos, por lo que ya estamos en condiciones de empezar a hablar de pirámides en América.

Salvo la notable excepción de la pirámide del Sol de Teotihuacan en Méjico, las pirámides americanas son escalonadas, igual que las pequeñas pirámides canarias de las que ya hemos hablado, no de paredes lisas como las egipcias clásicas; y digo con toda intención egipcias clásicas porque también en Egipto existe alguna que otra excepción y, siendo como es el país de las pirámides por excelencia, las tiene también escalonadas, como la de Sakara. 


Antecedente: Pirámide escalonada de Sakara, Egipto

Durante mucho tiempo se mantuvo la errónea idea de que las pirámides americanas no eran monumentos funerarios, sino sólo templos o lugares de sacrificios, construidos de forma amazacotada, sin galerías ni cámaras interiores, pero en grandes pirámides semiderruídas por el tiempo y la dinamita de los depredadores humanos, precisamente por ese lamentable estado que presentan, ha sido menos difícil descubrir que, en sus entrañas, albergaban elementos idénticos a los que sabemos existen en las pirámides egipcias: en la ciudad de Tiahuanaco, a orillas del lago Titicaca en Perú, capital de la cultura del mismo nombre que derivó de la de Chavín y que tuvo su esplendor entre los años 1100 y 100 antes de Cristo, se hallan los restos de una gran pirámide llamada Akapana, cuya base es mayor que la de Keops aunque su altura no debió sobrepasar los veinticinco metros y hoy día apenas llega a los dieciséis por la erosión y las depredaciones. En esta pirámide el arqueólogo Tello, de origen indio, descubrió una galería subterránea que desembocaba en una cámara sepulcral, al estilo de la Gran Pirámide egipcia. Esta fue la primera que se descubrió y, aunque no dispongo de fotografías de la galería ni de la cámara para mostrárselas a ustedes, sí vamos a ver un esquema dibujado por el equipo del profesor Tello. Años después, con el descubrimiento del yacimiento principal de la cultura original de Chavín, también en Perú, se descubrieron también pirámides que aun en lamentable estado de conservación, conservaban sus galerías en perfecto estado y, después de éstas, han sido muchas más las pirámides americanas que han demostrado tener en su interior algo más que escombros y cascotes de relleno.



Comparación entre las galerías de la pirámide de Keops en Egipto (arriba) con la de Akapana de Tiahuanaco en Perú (abajo) en la que se ha marcado en rojo la galería y la cámara sepulcral. Como en un principio se pensó que la galería era un sistema de drenaje, la llamaron cloaca máxima.




Cámara sepulcral de la pirámide de Akapana de Tiahuanaco.
Obsérvese el pequeño orificio de arriba a la izquierda,
idéntico al de las cámaras de las pirámides egipcias
para el paso del alma del difunto.



Galería de la pirámide de Chavín de Huantar.

En la siguiente entrega continuaremos con las pirámides americanas.

miércoles, 9 de julio de 2014

-PIRÁMIDES FUERA DE EGIPTO- (NO EGYPTIAN PYRAMIDS) (II)


LAS ISLAS CANARIAS

Sabemos que existen pirámides en Egipto y sabemos también que las hay, aunque de diseño diferente, en toda Mesoamérica. ¿Nos extrañaría encontrarlas en lo que algunos llaman la gasolinera a medio camino? Hoy día pocos dudan que existió alguna forma de relación, aunque escasa, entre el Viejo y el Nuevo Mundo por la vía atlántica, pero sería demasiado largo exponer las pruebas existentes de esas relaciones -que las hay y son de peso- por lo que me voy a limitar aquí a dar el hecho por sentado y, por tanto, decir que lo extraño sería no encontrar pirámides en el Archipiélago Canario.

Pero a veces no vemos o no queremos ver las cosas que tenemos delante de nuestros ojos. Y lo digo por una curiosa experiencia relacionada directamente con las pirámides canarias: en Noviembre de 2002 tuve el placer de hacer un viaje de unos días a Tenerife, donde fuimos atendidos con una extraordinaria amabilidad por unos amigos residentes en Santa Cruz. Uno de los días que recorríamos la isla, paramos a comer en un restaurante de Icod de los Vinos que estaba situado al pie de una pequeña elevación del terreno; la altura máxima de esa elevación era de más o menos la de un edificio de cuatro pisos y estaba casi cubierto de vegetación, aunque podía verse con claridad que estaba formado por la roca volcánica tan abundante en la isla. A pesar del ángulo del talud sobre el que se apoyaba el restaurante, no daba la impresión de estar en peligro de derrumbe ni de poder ser arrastrado por alguna torrentera debida a la lluvia, como ocurre en algunos sitios de la península formados por terrenos más inestables, como ocurre en algunos sitios de Guadix, cercanos a sus cuevas.





















Dos vistas de la pirámide de Santa Bárbara en Icod de los Vinos (Tenerife)








Y volviendo al asunto que nos ocupa, me llevé la gran sorpresa cuando ví una foto de una de las dos pirámides de Icod y reconocí inmediatamente el lugar donde habíamos parado. En efecto: la estrechez del ángulo de visión, debida a la cercanía, me impidió darme cuenta que el restaurante en cuestión estaba apoyado ¡sobre una pirámide! Concretamente sobre la pirámide de Santa Bárbara. Casi no hará falta decir que, sobre su falda, también había otros edificios construidos a mayor altura que la del restaurante y que prácticamente la tapaban a la vista. Este efecto perverso lo hubiera evitado de haberla podido observar por la cara opuesta.

Pero una afirmación no puede quedarse ahí, sin más pruebas y es preciso remontarnos a la Historia, aunque sea de una manera muy breve, para poder hablar con un mínimo de propiedad. En 1990, Emilio Bethencourt, de apellido ilustre en la historia del archipiélago, recogiendo datos de archivos históricos y testimonios entre los vecinos de Güimar, redescubrió las construcciones piramidales  de  La  Chacona  en el municipio de Güimar, a las que siguieron todas las demás de la isla. En principio, arqueólogos e historiadores de la Universidad de La Laguna consideraron a las pirámides simples amontonamientos de piedras, afirmando que fueron realizadas por los campesinos locales entre los siglos XVIII y XIX con el objeto de dejar el terreno destinado a las cosechas libre de piedras. Sin embargo, una vez limpias de arbustos y otras plantas que las cubrían aparecieron detalles en estas estructuras como desagües y escalones que, junto con la perfección de sus formas y la ordenación en sí de la estructura en forma piramidal, indicaban una intención arquitectónica en su construcción. Además, tal como apunta el Centro de Estudios Aborígenes de Canarias, a poca distancia del lugar donde se encuentran las pirámides existen sitios más cómodos y cercanos para deshacerse de las piedras, si realmente los terrenos se hubieran querido limpiar de ellas; no es lógico pensar que los agricultores de la zona que lo que querían era cultivar cuanto antes, se dedicaran a realizar amontonamientos de piedras de una manera tan ordenada y escalonadamente como reflejan las estructuras de Chacona.




Pirámide de Chacona en Güimar (Tenerife) En la primera foto se observa la pantalla de un cine de verano que algún concejal cretino permitió instalar.

Desatada la polémica, tres científicos del prestigioso Instituto de Astrofísica de Canarias realizan una investigación astronómica en las pirámides de Güimar y concluyen que éstas se alinean en ejes de orientación hacia los solsticios de verano e invierno en dicha zona. Estas pirámides podían haberse utilizado para la predicción de fechas claves en los ciclos agrícolas, estableciendo un calendario, tal como lo hacían los mayas, incas y aztecas en las suyas. Pero no debemos conformarnos sólo con estos datos, ya suficientes de por sí, porque también tenemos testimonios   más antiguos; concretamente del tiempo de la conquista, cuando Abreu Galindo en su Historia de la Conquista de las Siete Islas Canarias, Libro III, Capítulo IV, de 1602, nos cuenta que:

"…Eran estos palmeros idólatras, y cada capitán tenía en su término adonde iban a adorar, cuya adoración era en esta forma: juntaban muchas piedras en un montón en pirámide (...), y en los días que tenían situados para semejantes devociones suyas venían todos allí, alrededor de aquel montón de piedra, y allí bailaban y cantaban endechas, y luchaban y hacían los demás ejercicios de holguras que usaban; y estas eran sus fiestas de devoción."



Pirámide de Chacona. Detalle de la escalera.

Por no quedarnos sólo con  un  testimonio deberemos añadir también el del viajero alemán del XIX Franz von Oler, enviado por Luis II de Baviera en fecha tan tardía como 1873, quien en su obra “Los Germanos en las Islas Canarias” nos relata: 

…Las empinadas rocas o las pirámides hechas de piedra que indicaban los lugares sagrados llevaban el nombre de Dios y por ellas juraban..."

Para que no queden dudas, Emiliano Bethencourt aporta otro documento, esta vez anónimo, fechado en 1511, donde se puede leer:

"En los terrenos hacia el mar que parte el Camino Real, que va desde Chacaica a Chogo, donde llaman Chacona, ende están las piedras ajuntadas, ende los guanches hacían sus oráculos..."

Tal revuelo estaban causando las pirámides canarias que a más de un desaprensivo le pasó por la cabeza la idea de meter por allí unos explosivos y una excavadora y, en nombre del desarrollo o de cualquier otro pretexto urbanístico, acabar de una vez por todas con esos dolores de cabeza que no podían darle dinero a ningún politicastro pero, por una vez, hubo suerte y el famoso investigador, aventurero y etnólogo noruego Thor Heyerdalh, se interesó por el asunto y, además de traer a la zona a investigadores extranjeros de cuyos trabajos no tenemos idea, logró que el empresario danés Fred Olsen, afincado en Tenerife y dueño de una de las principales líneas marítimas de las islas, junto con FERCO (Foundation for Exploration and Research on Cultural Origins), adquiriesen la propiedad de los terrenos. Así el Ayuntamiento de Güimar perdió la oportunidad de convertir las pirámides en solares edificables generadores de plusvalías y nosotros tenemos algunas pirámides en España a costa de perder algunas urbanizaciones de lujo. Creo que hemos ganado con el cambio.



Pirámide de San Marcos en Icod de los Vinos. En la imagen se puede observar que los sillares de esquina están tallados para ajustar el ángulo.


Vista parcial de la pirámide de Güimar.

Si las pirámides nos dan una idea de la civilización que las construyó, a la vista de estas construcciones debemos concluir que, aunque los guanches llegaran a poseer una organización social, la tosquedad de estas pirámides nos induce a pensar que no disponían de una mano de obra especializada y dedicada en exclusiva a la construcción de monumentos públicos religiosos y civiles sino que, más bien, las pirámides canarias son el resultado de una tarea comunal en la todo el pueblo participaba en mayor o menor medida y, eso sí, bajo la dirección de alguien muy experto en astronomía, como lo prueban las orientaciones de sus ejes. Poco o nada que ver con el esplendor de las egipcias y con el de las que veremos a continuación.

martes, 8 de julio de 2014

-PIRÁMIDES FUERA DE EGIPTO- (NO EGYPTIAN PYRAMIDS) (I)

INTRODUCCIÓN


Quizá alguno de ustedes se pregunte por qué vamos a hablar de pirámides y no vamos a hablar de las de Egipto. Es fácil: las pirámides egipcias son las más famosas, conocidas y estudiadas y, por eso, prefiero dejar a un lado este asunto y dedicarnos hoy a echar un vistazo rápido a algunas otras que están repartidas por otras partes del mundo; muchas de ellas prácticamente desconocidas. No se piense que vamos a exponer un catálogo de todas las pirámides existentes: sería una tarea imposible por la extraordinaria abundancia que existe de tales monumentos un poco por casi todas partes y por el hecho cierto de que, a pesar de que algunos piensan que el mundo está todo explorado, los arqueólogos saben que pueden existir aun muchas de ellas sin descubrir; bien sea tragadas por las selvas amazónicas y recubiertas de vegetación o bien en lugares apartados de naciones poco proclives a permitir la entrada de investigadores libres en el corazón de sus territorios. Sin contar con las que hayan podido existir en una antigüedad remota y hayan sido destruidas para dedicar sus restos a aportar materiales de construcción a civilizaciones posteriores.

En primer lugar y sin referirnos, de momento, a ninguna de ellas en particular, al estudiar la diversidad de pirámides que existen en el mundo nos asalta la curiosidad de averiguar por qué todos o casi todos los pueblos que han tenido en su territorio antiguas civilizaciones o, incluso, que han sido tierra fronteriza o de paso de gentes de culturas más desarrolladas, han erigido pirámides que, más o menos, se conservan en la actualidad lo suficiente como para ser reconocidas como tales y que, sin excepciones, la edificación de todas ella han tenido un sentido religioso. La respuesta a esta pregunta parece estar bastante clara si estudiamos un poco la ancestral costumbre del ser humano de distinguir las tumbas de los personajes famosos con túmulos de tierra o de piedras. Cuando moría alguien del pueblo sin una relevancia social importante, se le enterraba, incineraba o momificaba, según la costumbre del lugar, siendo después colocado su cuerpo en algún lugar anónimo; pero si el difunto era un personaje que había dejado un gran recuerdo entre los suyos -o que pretendía dejarlo- su tumba era señalada especialmente haciéndola destacar sobre las demás tumbas, bien construyéndola más alta para que fuera más visible, como ocurre con los panteones de las familias adineradas de nuestros cementerios, o bien que la devoción popular las distinguiera por el aporte de piedras y ofrendas que dejaban los que acudían en peregrinación a rezar en aquel lugar donde se encontraban los restos de aquella persona tan especial. Es fácil concluir que las primeras pirámides se construyeron adrede a manera de túmulo para albergar los restos de grandes sacerdotes, héroes, reyes o emperadores.

En algunas partes del mundo, dado el carácter sagrado que adquirieron estas construcciones se emplearon, además, para construir templos sobre ellas aunque, según las investigaciones actuales, nunca perdieron del todo su primitiva misión de tumbas de grandes personajes, como lo demuestran los hallazgos de enterramientos bajo pirámides americanas medio derruidas por el tiempo y la meteorología.

Pero, como todos sabemos, un montón de piedras no constituyen una pirámide con la perfección arquitectónica de las muchas que han llegado a dejarse contemplar por nuestra curiosidad o por nuestro afán de saber. Una construcción así nos indica que quienes la levantaron tenían organización y recursos suficientes para hacerlo; es imposible pensar que un pueblo que sólo tiene tiempo para ganar a duras penas el sustento diario, pueda dedicar sus esfuerzos a realizar grandes construcciones que requieren una mano de obra dedicada especialmente a ello y que tiene que ser alimentada por los demás. En definitiva: ante la visión de cualquier pirámide, por primitiva e imperfecta que sea, tenemos que concluir que en aquel lugar tuvo que existir una civilización nada insignificante.




Construcción piramidal en Helliniki (Grecia)


Por desgracia, no todas las que fueron construidas han llegado hasta nosotros en condiciones de ser reconocidas como tales: Por una parte, la erosión que el tiempo produce en materiales de mala calidad o en zonas geográficas en las que la meteorología no sea demasiado estable, hace estragos a los largo de cientos o de miles de años; por otra parte, en un plazo de tiempo dilatado como pueden ser varios milenios, el paso de sucesivas civilizaciones por las cercanías de una pirámide, también tiende a destruirla porque sabemos que todos los pueblos invasores han utilizado como materiales de construcción los restos de los monumentos antiguos  que  ellos  mismos  se  han encargado de asolar.



¿Restos de una pirámide? Montevechia (Italia)


Quizá nos hayamos perdido haber podido contemplar alguna que otra pirámide en Montevechia (Italia) como parece demostrar la topografía del terreno; quizás también, algunas más hayan desaparecido en el sur de los Estados Unidos, obra de aztecas y mayas; también hay referencias de una construcción en forma de terraza cerca de Perth, en Australia; sin olvidarnos, claro está, de los movimientos de placas tectónicas en zonas inestables del planeta, como Japón, que hayan podido mandar al fondo del mar algunas de estas construcciones. Como desdichado ejemplo de pirámide a medio derruir por el tiempo, tenemos una en Helliniki, cerca de Argos en Grecia.

Tampoco podemos dejarnos atrás otras pirámides no demasiado bien estudiadas pero que, por su cercanía a Egipto y su construcción paralela en el tiempo a las clásicas y por su decoración a base de jeroglíficos e inscripciones egipcias, podemos relacionarla íntimamente con esta civilización aunque no estén en Egipto. Me refiero a las situadas  en  Sudán, la antigua  Nubia, una  tierra  que tuvo fama en la antigüedad por ser la













Las pequeñas y esbeltas pirámides de Sudán

fuente de esclavos buenos, fuertes, dóciles y casi tan civilizados como los habitantes de los pueblos que los compraban. Es lógico hasta cierto punto que la cercanía a un pueblo tan poderoso como el egipcio, indujera sentimientos de emulación en los nubios e hiciera que también ellos dedicaran el excedente de mano de obra en la construcción de monumentos que pretendían imitar a los de sus vecinos y dominadores. Las pirámides sudanesas se distinguen por tener una mayor esbeltez que las egipcias y, aunque no compiten en tamaño y magnificencia con estas últimas, no podemos despreciarlas sin más y debemos dedicarles aunque sea una modesta mención.

Y ya, basta de preámbulos. En la próxima entrega entraremos de lleno en la cuestión empezando por las más cercanas a nosotros y en nuestra propia nación y que, quizá por eso, sean las menos conocidas.

viernes, 4 de julio de 2014

-UNA HISTORIA DE MIEDO- Relato de una estafa de proporciones históricas (y V)


SINVERGÜENZAS Y MANIPULACIONES

Pero ¿Existe o no una correlación entre el aumento de la temperatura media de la Tierra y el nivel de CO2 en la atmósfera?

Partimos de la base que no tenemos registros exactos de temperatura más allá de los últimos ciento cincuenta años; no obstante sí podemos disponer de buenas aproximaciones basadas en el análisis de restos vegetales; tanto directamente, como a través de esos mismos restos una vez pasados por el tracto digestivo de sus consumidores. Así se puede rastrear la evolución de las temperaturas hasta muchos años atrás. Paralelamente, también disponemos de datos sobre los niveles del CO2 atmosférico a través de esos mismos restos e incluso del estudio de los hielos de glaciares y zonas cercanas a los polos.

Sorprendentemente, tal y como revela el magnífico estudio reflejado en el reportaje científico "The great global warming swindle" o El Gran Timo del Calentamiento Global(1) sí existe esa correlación... Pero con un desfase aproximado de unos ochocientos años. O sea, estamos diciendo que parece haber un ciclo de histéresis(2) de ochocientos años entre el aumento del CO2 atmósferico y el consiguiente incremento de la temperatura media del globo. Lo que sí han hecho unos cuantos bandidos sin escrúpulos es desplazar los gráficos para hacernos creer que esos efectos son inmediatos.

La expliación de esta histéresis no está nada clara. Se supone que los océanos, principales responsables de emisores de gases de efecto invernadero, absorben esos excesos de CO2 y, tras un lento proceso, devuelven esos excesos de gas a la atmósfera. Todo ello, por supuesto, entra dentro de los terrenos de las hipótesis; además, los puntos de partida de subida y bajada de las temperaturas nunca difieren entre sí más que muy pocas décimas de grado. De todas formas, ya se ha dicho en los artículos anteriores que, cuando estos granujas son pillados en sus mentiras, dejan de hablar de calentamiento global para hablar de cambio climático. Así cualquiera acierta, claro.

Pues bien. El uno de los máximos profetas del cambio climático, Al Gore(3) produjo y publicitó un reportaje-panfleto presentado por él mismo llamado "An inconvenient truth" o Una realidad incómoda(4) Con este reportaje se paseó por todo el mundo dando conferencias a precios astronómicos patrocinadas por gobiernos cuyos miembros Dios sabe qué comisiones se llevaban de sus abultadísimos honorarios. El panfleto en cuestión da miedo de veras y en él, más los millones de dólares y euros que se derivan de todo lo que expone, se ha fundado esta nueva fuente de falso terror. Pero Al Gore, antes multimillonario, ha pasado a ser de la selecta casta que hará multimillonarios a sus biznietos.

Animado por el éxito de su colega, el ex Secretario de Estado Donald H. Rumsfeld, importante accionista de la multinacional farmacéutica Gilead Sciences Inc., decide también llevarse su pellizco a costa del miedo, eligiendo esta vez a una de las enfermedades que anualmente se presentan y que no se cobran más víctimas que las derivadas del debilitamiento extremo debido a la vejez o a enfermedades graves; de hecho a nadie sorprende la llegada estacional de la gripe. En 1996, la citada empresa había vendido los derechos de la molécula del Oseltamivir, de nombre comercial Tamiflu, a los laboratorios Hoffman la Roche, pero reservándose un 10% de sus beneficios hasta 2016. De esa forma, un medicamento anticuado e inútil que podía darle problemas se le convirtió sólo en una fuente de beneficios, dejando a Roche con la responsabilidad sanitaria.

En 2005 se publicitó el extremo terror a la famosa gripe A por todo el mundo. Las muy bien pagadas agencias de prensa se encargaron de difundir espantos apocalípticos y hasta llegué a leer en los medios que sólo en España se calculaba que la gripe A iba a cobrarse unas ochenta mil víctimas mortales y que había que aferrarse a la esperanza porque, gracias a la previsión de los Gobiernos y a la Organización Mundial de los Abortos provocados (perdón, Organización Mundial de la Salud; fue un lapsus clavis) ya existía un medicamento antivírico milagroso que llevaba el nombre comercial de Tamiflu que se elaboraba a partir del anís estrellado chino. Casi nadie sabía que, previamente, "alguien" había comprado toda la producción de anís estrellado de China y ya estaban listas millones de dosis del citado e inútil medicamento que, por cierto, triplicó su precio ante la avalancha de publicidad.

Inmediatamente, todos los gobiernos reaccionaron y compraron enormes cantidades de Tamiflu. Todos los que tengáis memoria os acordaréis de que la incidencia de la famosa gripe fue la misma que la de las gripes de años anteriores y que los pobres cobayas humanos a quienes se le administró semejante porquería, apenas sufrieron efectos secundarios en el mejor de los casos, ya que hubo otros en los que aun les duran las secuelas de semejante salvajada. Pero Rumsfeld y sus amigotes ya se habían forrado a costa del miedo ajeno.

Concluyo. El cambio climático es y ha sido un hecho cierto desde la formación del planeta, pero bien poco o nada ha podido o puede hacer el ser humano para influir sobre él salvo en zonas muy reducidas o si se dedica a talas insensatas. Preservemos la Tierra. La necesitamos para nosotros y para nuestros descendientes. Vayamos por la senda del llamado consumo sostenible. Pero, por favor, no seamos imbéciles y no nos dejemos embaucar por los falsos profetas que sólo buscan esquilmarnos mediante el terror. Repasemos la Historia y veamos que son muy numerosos los ejemplos de canallas que se aprovecharon de su posición de prestigio o poder para hacerse ricos con el miedo de la gente. Por eso he llamado a esta serie de artículos Una Historia de Miedo. Liberémonos de la influencia de tanto desaprensivo y centrémonos en las verdaderas amenazas que acechan a la civilización y que ya están llamando a nuestras puertas desde aquel fatídico 11 de Septiembre de 2001.

Ante el poder, podemos y quizá debamos quitarnos el sombrero, pero no la cabeza. Intentemos usarla mientras estos canallas no nos la corten.

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(1)Lo tenéis disponible en cualquier página de descargas y con una calidad sobrada para verlo en pantalla grande. Aun con todos sus defectos y exageraciones, es un excelente trabajo que recomiendo vivamente.

(2)Retraso del efecto respecto a la causa.

(3)Le dieron el Premio Nobel de la Paz. Pero ya sabemos que los receptores de ese suculento Premio pueden ser gente de la calaña de terroristas como Arafat, asesinos en masa como Kissinger, fraudes organizados como Rigoberta Menchú, halcones de la guerra como Isaac Rabin o imbéciles como Barak Obama.

(4)En donde sólo habla del calentamiento global. Aun no se había inventado lo del cambio climático.

miércoles, 2 de julio de 2014

-UNA HISTORIA DE MIEDO- Relato de una estafa de proporciones históricas (IV)


EL CAMBIO CLIMÁTICO.
ORÍGENES Y PRIMEROS PASOS.

Ahora pasemos a la última -por ahora- causa de miedo que se han inventado para engañarnos. Y empiezo diciendo que el cambio climático dicho así, a secas, es una realidad constante. Existe y ha existido desde la formación del planeta y los científicos han registrado épocas glaciares y épocas cálidas alternándose desde siempre. Ahora, algunos aprovechados pretenden y logran forrarse a nuestra costa haciendo creer a la gente que el cambio climático es antropogénico; o sea, consecuencia directa de la acción humana. Y nada más lejos de la realidad.

Empezaré diciendo que el fantasma con que nos amenazan los falsos profetas del cambio climático no es, ni de lejos, el mayor responsable del efecto invernadero. Ellos nos hablan del dióxido de carbono como el gas capaz de provocar estas seudocatástrofes, corriendo una espesa cortina sobre el vapor de agua que es unas cuantas miles de veces más poderoso a la hora de provocar el efecto invernadero. No obstante ¿Qué les importa a los políticos ese "pequeño" detalle? El vapor de agua procede en su inmensa mayor parte de los océanos y están fuera del control político; por tanto, echémosle la culpa a un ente inofensivo como el CO2 y así aterrorizaremos mejor a los desavisados y a quienes toman a los periódicos por su Biblia indiscutible.

Pero volvamos a la Historia y retomemos el asunto final del artículo anterior. Teníamos a Margaret Thatcher empeñada en doblegar a los mineros huelguistas. Esta señora, con muy buen criterio, desde que fue responsable de energía del Reino Unido había abogado por el uso de la energía nuclear para no depender tanto del petróleo de los países de Oriente Cercano. Aun no se habían puesto en explotación los grandes yacimientos del Mar del Norte y la apuesta por la energía nuclear era la única viable si no se quería depender de las minas de carbón galesas ni del petróleo del Golfo. Thatcher ganó la partida: Quebró las cajas de resistencia de los sindicatos mineros y los obligó a claudicar ante la ausencia de medios para subsistir. No obstante, quedaba en el aire la posibilidad de que éstos se rehicieran del golpe y, para evitarlo, ideó un plan genial. Reunió a unos cuantos científicos de tercera fila y, entre ellos, metió algunos científicos de veras prestigiosos quienes, ya muy ancianos, no estaban en condiciones de pensar con claridad. A toda esta pandilla les expuso claramente su objetivo: "Inventen algo creíble para que el carbón no vuelva a ser básico en la economía británica. Tienen todo el dinero que necesiten"

Dicho y hecho. En muy poco tiempo alguien se dio cuenta de la correlación existente entre el aumento atmosférico del CO2 y el aumento de la temperatura en la primera mitad del siglo XX, desde 1900 hasta 1944 y con eso se echaron las campanas al vuelo ¡Ya tenemos al responsable! La actividad industrial, en aumento constante durante ese tiempo, ha generado tal cantidad de CO2 que estamos calentando el planeta. La gente empezó a creérselo. El dinero prometido por Thatcher no era una quimera y seguía fluyendo, tanto para los científicos vendidos como para los directores de periódicos y agencias de prensa. Se estaba logrando el objetivo y la gente hablaba con toda naturalidad del calentamiento global.

Muy poco tiempo después, alguien se dio cuenta del gigantesco fraude al analizar la serie histórica de temperaturas medias a partir de 1944. En efecto; el tremendo incremento de la actividad industrial con el consiguiente efecto sobre las emisiones de CO2, experimentado entre 1945 y 1972, no había ido acompañado de un incremento de las temperaturas, sino de todo lo contrario. Pese al aumento desproporcionado del CO2 en la atmósfera, se recuperaron los glaciares derretidos y el Ártico volvió a tener su capa de hielo habitual. Más o menos lo que de nuevo está ocurriendo ahora mismo.

Al hacerse público estos hechos demostrables, los responsables de la patraña tuvieron una increíble rapidez de reflejos y dejaron de llamar calentamiento global al fenómeno del clima para, de la noche a la mañana, llamarlo cambio climático. Y de esta manera, sin cortarse un pelo, levantaron un chiringuito del que viven a nuestra costa -y como marqueses antiguos- cientos de miles de inútiles; aparte, claro está, de las organizaciones ecologistas(1) quienes hacen y deshacen a su capricho en Naciones Unidas sin que nadie se atreva a plantarles cara(2).

Para cerrar este artículo, echo mano de nuevo a la Historia con el fin de ver si arroja alguna luz sobre todo lo que llevamos dicho. Y, entre miles de ellos, encuentro dos ejemplos clamorosos: Uno es el asentamiento de las legiones romanas en Britania y Germania y otro, más reciente, el nombre de Groenlandia.

En efecto. Es un hecho incontestable que el Emperador Claudio conquista Britania hacia el año 43 de nuestra Era. Dicho así, parece que no tiene nada que ver con el asunto que nos ocupa pero tiene que ver y mucho ya que, tras la conquista militar, vino la ocupación estable y con ella la necesidad de una guarnición nutrida y permanente sobre el terreno. Pues bien, para evitar los problemas gastrointestinales derivados del consumo de agua de los distintos países por los que se movían estas legiones, desde los tiempos de la república romana se se suministraba a cada soldado una cantidad de vino de más o menos un litro al día. Aquel vino, mezclado con el agua, evitaba esos problemas al homogeneizar la dieta evitando que un ejército entero se diera de baja por disentería. El transporte de vino para abastecer a una sola cohorte era un tema complicado y costoso, así que ponían buen cuidado en tener siempre un suministro constante cercano a sus bases de operaciones. Por ello ya empezamos a suponer que, por aquellos tiempos, el clima británico permitía la plantación y explotación de vides por lo que, rastreando esta suposición, me encuentro hasta con topónimos que hacen referencia a ello, acompañados por referencias históricas de vides inglesas hasta el siglo X. Hoy, plantar vides en Gran Bretaña es impensable porque el clima se ha vuelto mucho más frío que en tiempos de los romanos.

En cuanto a Groenlandia, cuyo nombre significa "Tierra Verde" está muy claro cual es su origen, ya que sus costas meridionales eran cultivables en tiempos de Leif Erikson, allá por los siglos X y XI. Algún listillo me saldrá con que Erikson la llamó así para engañar a los infelices que se embarcaron en sus expediciones, pero lo cierto es que está más que demostrada la existencia de cultivos en la época y la zona.

¿Cambio climático? Por supuesto, pero no antropogénico en modo alguno. Lo desarrollaremos en la siguiente entrega.

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(1)Está más que demostrado que estas organizaciones nacidas al amparo de la extinta URSS, tuvieron como objetivo intentar frenar el imparable desarrollo de los países occidentales. Una vez fracasadas en ese objetivo y caída la Unión Soviética, sus nuevos amos les imponen que impidan el desarrollo de los países en vías de desarrollo (válgame el juego de palabras). Sin olvidar, claro está, frenar el desarrollo de energías verdaderamente limpias y baratas como la nuclear y potenciar inutilidades como la fotovoltaica, que contamina a medio plazo cien veces más que la del carbón al desechar los paneles agotados. Si consiguen sus propósitos, África jamás saldrá del pozo en el que se encuentra.

(2)Imagínense que prescindimos de todos esos cientos de miles de empleos inútiles. La economía daría un paso de gigante, pero el desempleo sería aterrador.