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viernes, 4 de julio de 2014

-UNA HISTORIA DE MIEDO- Relato de una estafa de proporciones históricas (y V)


SINVERGÜENZAS Y MANIPULACIONES

Pero ¿Existe o no una correlación entre el aumento de la temperatura media de la Tierra y el nivel de CO2 en la atmósfera?

Partimos de la base que no tenemos registros exactos de temperatura más allá de los últimos ciento cincuenta años; no obstante sí podemos disponer de buenas aproximaciones basadas en el análisis de restos vegetales; tanto directamente, como a través de esos mismos restos una vez pasados por el tracto digestivo de sus consumidores. Así se puede rastrear la evolución de las temperaturas hasta muchos años atrás. Paralelamente, también disponemos de datos sobre los niveles del CO2 atmosférico a través de esos mismos restos e incluso del estudio de los hielos de glaciares y zonas cercanas a los polos.

Sorprendentemente, tal y como revela el magnífico estudio reflejado en el reportaje científico "The great global warming swindle" o El Gran Timo del Calentamiento Global(1) sí existe esa correlación... Pero con un desfase aproximado de unos ochocientos años. O sea, estamos diciendo que parece haber un ciclo de histéresis(2) de ochocientos años entre el aumento del CO2 atmósferico y el consiguiente incremento de la temperatura media del globo. Lo que sí han hecho unos cuantos bandidos sin escrúpulos es desplazar los gráficos para hacernos creer que esos efectos son inmediatos.

La expliación de esta histéresis no está nada clara. Se supone que los océanos, principales responsables de emisores de gases de efecto invernadero, absorben esos excesos de CO2 y, tras un lento proceso, devuelven esos excesos de gas a la atmósfera. Todo ello, por supuesto, entra dentro de los terrenos de las hipótesis; además, los puntos de partida de subida y bajada de las temperaturas nunca difieren entre sí más que muy pocas décimas de grado. De todas formas, ya se ha dicho en los artículos anteriores que, cuando estos granujas son pillados en sus mentiras, dejan de hablar de calentamiento global para hablar de cambio climático. Así cualquiera acierta, claro.

Pues bien. El uno de los máximos profetas del cambio climático, Al Gore(3) produjo y publicitó un reportaje-panfleto presentado por él mismo llamado "An inconvenient truth" o Una realidad incómoda(4) Con este reportaje se paseó por todo el mundo dando conferencias a precios astronómicos patrocinadas por gobiernos cuyos miembros Dios sabe qué comisiones se llevaban de sus abultadísimos honorarios. El panfleto en cuestión da miedo de veras y en él, más los millones de dólares y euros que se derivan de todo lo que expone, se ha fundado esta nueva fuente de falso terror. Pero Al Gore, antes multimillonario, ha pasado a ser de la selecta casta que hará multimillonarios a sus biznietos.

Animado por el éxito de su colega, el ex Secretario de Estado Donald H. Rumsfeld, importante accionista de la multinacional farmacéutica Gilead Sciences Inc., decide también llevarse su pellizco a costa del miedo, eligiendo esta vez a una de las enfermedades que anualmente se presentan y que no se cobran más víctimas que las derivadas del debilitamiento extremo debido a la vejez o a enfermedades graves; de hecho a nadie sorprende la llegada estacional de la gripe. En 1996, la citada empresa había vendido los derechos de la molécula del Oseltamivir, de nombre comercial Tamiflu, a los laboratorios Hoffman la Roche, pero reservándose un 10% de sus beneficios hasta 2016. De esa forma, un medicamento anticuado e inútil que podía darle problemas se le convirtió sólo en una fuente de beneficios, dejando a Roche con la responsabilidad sanitaria.

En 2005 se publicitó el extremo terror a la famosa gripe A por todo el mundo. Las muy bien pagadas agencias de prensa se encargaron de difundir espantos apocalípticos y hasta llegué a leer en los medios que sólo en España se calculaba que la gripe A iba a cobrarse unas ochenta mil víctimas mortales y que había que aferrarse a la esperanza porque, gracias a la previsión de los Gobiernos y a la Organización Mundial de los Abortos provocados (perdón, Organización Mundial de la Salud; fue un lapsus clavis) ya existía un medicamento antivírico milagroso que llevaba el nombre comercial de Tamiflu que se elaboraba a partir del anís estrellado chino. Casi nadie sabía que, previamente, "alguien" había comprado toda la producción de anís estrellado de China y ya estaban listas millones de dosis del citado e inútil medicamento que, por cierto, triplicó su precio ante la avalancha de publicidad.

Inmediatamente, todos los gobiernos reaccionaron y compraron enormes cantidades de Tamiflu. Todos los que tengáis memoria os acordaréis de que la incidencia de la famosa gripe fue la misma que la de las gripes de años anteriores y que los pobres cobayas humanos a quienes se le administró semejante porquería, apenas sufrieron efectos secundarios en el mejor de los casos, ya que hubo otros en los que aun les duran las secuelas de semejante salvajada. Pero Rumsfeld y sus amigotes ya se habían forrado a costa del miedo ajeno.

Concluyo. El cambio climático es y ha sido un hecho cierto desde la formación del planeta, pero bien poco o nada ha podido o puede hacer el ser humano para influir sobre él salvo en zonas muy reducidas o si se dedica a talas insensatas. Preservemos la Tierra. La necesitamos para nosotros y para nuestros descendientes. Vayamos por la senda del llamado consumo sostenible. Pero, por favor, no seamos imbéciles y no nos dejemos embaucar por los falsos profetas que sólo buscan esquilmarnos mediante el terror. Repasemos la Historia y veamos que son muy numerosos los ejemplos de canallas que se aprovecharon de su posición de prestigio o poder para hacerse ricos con el miedo de la gente. Por eso he llamado a esta serie de artículos Una Historia de Miedo. Liberémonos de la influencia de tanto desaprensivo y centrémonos en las verdaderas amenazas que acechan a la civilización y que ya están llamando a nuestras puertas desde aquel fatídico 11 de Septiembre de 2001.

Ante el poder, podemos y quizá debamos quitarnos el sombrero, pero no la cabeza. Intentemos usarla mientras estos canallas no nos la corten.

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(1)Lo tenéis disponible en cualquier página de descargas y con una calidad sobrada para verlo en pantalla grande. Aun con todos sus defectos y exageraciones, es un excelente trabajo que recomiendo vivamente.

(2)Retraso del efecto respecto a la causa.

(3)Le dieron el Premio Nobel de la Paz. Pero ya sabemos que los receptores de ese suculento Premio pueden ser gente de la calaña de terroristas como Arafat, asesinos en masa como Kissinger, fraudes organizados como Rigoberta Menchú, halcones de la guerra como Isaac Rabin o imbéciles como Barak Obama.

(4)En donde sólo habla del calentamiento global. Aun no se había inventado lo del cambio climático.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La información que nos das Jose debería ser de obligada lectura en los intitutos.

Anónimo dijo...

Suscribo de la A a la Z lo que nos cuentas.
Saludos.

Anónimo dijo...

¡ Qué preclara exposición !

Mélida dijo...

Una extraordinaria colección de artículos. Sin desperdicio del primero al último.