Visitas

miércoles, 25 de junio de 2014

-TRÍPTICO-

Cuando los sabios me enseñaron a razonar con la fría mecánica que quiere explicar todos los acontecimientos, yo contesté:

-Os asiste y sobra la razón, sabios; pero hay más cosas que no véis. Permitidme tratar de decirlo a mi manera.

................................

No sé cómo empezar si no es diciendo
que vivo en la esperanza descansando
y me ayuda a vivir seguir soñando
que mañana estaré quizás viviendo.

Vivo, por decir algo, manteniendo
que no hay lógica alguna sustentando
la vida que te arrastra y va pasando
haciéndote sentir que estás sintiendo.

Pero la vida sigue su sendero
y no puedo parar, pues no se deja
el ser profundamente verdadero.

Es la esperanza fiel que no se aleja
por no perder de vista lo primero,
que es el Amor de Dios que se refleja.

................................

Si busco la raíz de la existencia
no encuentro más que vanas expresiones.
Ni los más grandes sabios con sus dones
se atreven con la entraña de esa ciencia.

Se encuentra la raíz en la vivencia
y no se pueden dar explicaciones
del existir, sin más; sin dar razones
que pasen un tamiz de inteligencia.

Mas ¿para qué saber, si ya tenemos
las claves en vivir siendo conscientes
de algunas pocas cosas que entendemos?

Sepamos disfrutar nuestros presentes
y compartir las luces que ya vemos
brillar en cada ser, siendo vivientes.

...................................

Se encuentra desarmado el intelecto
ante una sinrazón tan exigente
como la de vivir y estar presente
en el divino plan y en su proyecto.

No encuentra relaciones causa-efecto
que expliquen lo que siempre es aparente
porque la realidad no es consecuente
con nuestra concepción de lo perfecto.

La Ciencia ha marginado a la primera
causa de su porqué, de su existencia,
de su razón de ser y ser sincera.

Mas hay otro motor que no es la Ciencia,
que mueve, que fascina y que se esmera
en demostrar que hay otra inteligencia.

(Dedicado a los ocultistas de buena fe que sé que leen este blog)

2 comentarios:

Mélida dijo...

La ESPERANZA... ¡esa imprescindible compañera de camino!
¡Qué bien escribes, querido!

Anónimo dijo...

Me quito el sombrero.
Saludos.