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lunes, 30 de junio de 2014

-UNA HISTORIA DE MIEDO- Relato de una estafa de proporciones históricas (III)



EN BUSCA DE NUEVAS FUENTES DE TERROR.

Con la apertura mental que supusieron las conclusiones del Concilio Vaticano II, más la caída del Bloque Comunista, ya no se podía recurrir ni al temor del Infierno ni al Temor Rojo. Pero los dirigentes mundiales sabían que es muy difícil mantenerse viviendo como duques renacentistas a costa de la gente si no es a costa del miedo.

-¿Qué hacemos ahora?- se preguntaron los poderosos. Ya no tenemos una URSS para aterrorizar a Occidente ni un malvado Tío Sam para hacer lo propio con Oriente. Habíamos creado una perfecta maquinaria muy bien pagada por la URSS para difundir todas las mentiras que se nos antojaran. La maquinaria seguía operativa y está en espera del mejor postor, ya que la Rusia resultante de la disgregación de su imperio no podía mantenerla en ese momento ¿Quién se hace cargo de los sobornos y del pago de noticias sesgadas en los medios?

Estuvo más que claro quién toma el relevo de la manipulación de noticias. Lo hace quien tiene dinero de sobra procedente de esquilmar nuestros bolsillos con el petróleo. El mundo entero se las prometía felices con la caída de la URSS ¡Qué equivocados estábamos! A partir de ese momento, en vez de una fuente de miedo íbamos a tener dos. Uno real y otro más falso que un euro de madera, pero más efectivo aun de lo que antaño fue el miedo al Infierno.

El real procede, precisamente, de los que manejan el dinero de los sobornos a los medios. El peligro es tan grave que hasta emplean más dinero aun en dispersar nuestra atención para que no nos fijemos en las verdades que ya denunciara Oriana Fallaci. Y Occidente haciéndoles el juego de manera suicida a quienes tienen como objetivo destruir la única civilización digna de ese nombre. Claro que, en ese sentido, los poderosos no tienen nada que perder y sí mucho que ganar tolerando o alentando todas estas canalladas.

Miedo real, tangible, justificado perfectamente sobre todo a partir del 11 de Septiembre de 2001(1). Y miedo inventado para tapar el real y desviarnos la atención. Se trata, en definitiva, de tenernos engañados y esquilmados ante una amenaza de la que no sabemos cómo defendernos. La amenaza real que supone el Islam para la civilización tiene nombres y causas muy bien definidas. No basta con ella para aterrorizar con el miedo a lo desconocido, a lo más grande e inabarcable. Un miedo que, de paso, haga que volvamos los ojos hacia los poderes públicos y éstos nos cuenten la mentira más gorda para que, al sentir explicadas sus causas, confiemos en que podemos salvarnos al ponernos en sus manos.

La idea de inventarse un proyecto global común para unirnos a todos bajo un mismo terror quizá provenga de algo que ocurrió hacia 1987 cuando se dio la voz de alarma sobre el debilitamiento de la capa de ozono sobre los polos terrestres. En muy poco tiempo se dictaron severas normas para prohibir el uso de gases CFC (clorofluorocarbonos). Normas que ni de lejos todos los países cumplieron pero, de manera desconocida(2), estas capas de ozono se fueron recuperando hasta llegar a niveles que -nos decían- ya podían protegernos de las catástrofes apocalípticas pronosticadas. De una u otra forma, el peligro había pasado; pero ya le había indicado a los políticos el camino a seguir. La gente, en general, había dado por bueno que unos pocos países hubieran cambiado esos gases por otros más caros e ineficientes, a cambio de no sufrir las devastadoras consecuencias anunciadas. Alguien se puso las botas con este cambio y, de paso, arruinó a sus competidores fabricantes de gases industriales.

Pero eso no bastaba. El supuesto peligro estaba conjurado y había que buscarse otro, mayor y con menos probabilidades de desaparición a corto plazo. El pueblo aterrado es más dócil con sus dirigentes y éstos, a su vez, pueden rendir cuentas más saneadas a sus amos.

Miedo, miedo y miedo. Esa era la clave.

El éxito del terror al debilitamiento de la capa de ozono dio la clave para seguir por ese camino u otro parecido. Hacia el tercio final del siglo pasado se produce el auge de los movimientos ecologistas. Un auge tan grande que nos hizo sospechar a muchos que había montones de dinero tras esos movimientos para hacerlos arrancar y que, una vez consolidados, ya no era necesario alimentarlos desde la oscuridad de los despachos porque millones de personas de buena fe aportaban fondos para su mantenimiento(3)

En otro orden de cosas, se producen oleadas de huelgas de los mineros del carbón de Gran Bretaña que incluso alguna de ellas logran la dimisión de un primer ministro. Hasta que llegó Margaret Thatcher y no pudieron con ella. También, en Estados Unidos, surge un vicepresidente que no quería conformarse con hacerse rico, sino que también quería hacer ricos a sus biznietos. Y lo consiguió. Pero esto es asunto de la siguiente entrega.

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(1)Caída de las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York.

(2)Está muy claro que a la Naturaleza le sobran recursos para defenderse. Véase el caso del atolón de Bikini que, en cuanto se levantó la prohibición de visitarlo por el miedo a la radiación nuclear, se vio que la vida era mucho más numerosa y variada que antes de los ensayos atómicos. Eso no lo cuentan los ecologistas a sueldo de Arabia. Tarde o temprano ocurrirá lo mismo en Chernóbil.

(3)Debo aclarar que soy el primer interesado en conservar y mejorar la Naturaleza. Pero de ahí a preferir la preservación de las ballenas a la protección del ser humano va un abismo. De paso, aclarar que me río sin misericordia de quienes sostienen que vale lo mismo un ser humano que una foca o un rinoceronte. Quizá los mantenedores de esos absurdos tengan razón si piensan en sí mismos.

2 comentarios:

Revera dijo...

Los terrorismos nacionales también son utilizados para meter miedo a la población; y la realidad es que son mantenidos y alentados por los gobiernos de turno para perpetuarse en la partitocracia. La persona con criterio propio, que se subleva contra ese miedo, llega a convertirse en héroe.

Saludos.

Anónimo dijo...

toma, y lo del O3 otro tongo !!
(Lo acabo de leer ahora, después del IV, es que voy al revés)